La Biblioteca Municipal de Can Ventosa, en la ciudad de Ibiza, dedica el mes de noviembre al escritor canario Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria 1843 - Madrid, enero de 1920), con motivo del centenario de su muerte.


Galdós, desde muy joven se definió como un progresista anticlerical. En 1862 se traslada a Madrid a estudiar la carrera de Derecho aunque no la acaba. En 1868 viajó a París y a su vuelta tradujo a Charles Dickens, y comenzó a escribir teatro.


Dos años después, en 1870 se decidió a publicar su primera novela de consideración, La Fontana de oro cuyo nombre está inspirado en una taberna muy popular del centro de Madrid que hoy en día todavía abre sus puertas y conserva en la fachada una placa que hace mención a la novela ya su autor.


Mientras, trabajó articulista para La Nación y comenzó la redacción de los Episodios Nacionales, que comenzaron a publicarse en 1873. Hasta 1879 aparecieron las dos primeras series compuestas por veinte novelas y posteriormente, entre 1898 y 1912 tres series más compuestas por 26 novelas. Durante este período también se comprometió activamente en política llegando a ser diputado desde 1886 a 1890 por el partido de Práxedes Mateo Sagasta.


Extensa obra
De su extensa obra destacan fundamentalmente las obras que se refieren a un sector definido del Madrid de la época de Isabel II y de la Restauración y que han pasado a la historia como el Madrid galdosiana. Comenzaron con La familia de León Roch y están formados por La desheredada (1881), El amigo manso (1882), El doctor Centeno (1883), Tormento (1884), La de Bringas (1884), El prohibido (1885), Fortunata y Jacinta, en dos volúmenes (1886 y 1887), Miau (1888), La incógina (1888) y Realidad (1889).


Así mismo, su adhesión al realismo, le hizo escribir obras íntegramente dialogadas, como La loca de la casa (1892), El abuelo (1898) o Casandra (1905).


También se adentró en el teatro, adaptando obras suyas y escribiendo éxitos como Electra (1901), Pedro Minio (1908), La de San Quintín (1894) y Sor Simona (1915).
Por último, también está considerado un ejemplo de periodismo gracias a sus artículos de prensa en los que narra las sesiones del Parlamento español y en los que hace crítica literaria y musical.