Martin Hederos. | Toni Planells

Lo primero que pregunta Martin Hederos (Karlstad, Suecia, 1972) es por una buena playa que visitar en Ibiza. Es la primera vez que visita la isla y se muestra encantado con lo poco que ha podido conocer hasta el momento. También está muy interesado en conocer todo lo que pueda antes del concierto que ofrece esta noche en el parque Reina Sofía junto a la cantante de The Cardigans Nina Persson.

Este extraordinario músico sueco, con cinco premios Grammy en su haber, ha militado y milita en numerosas formaciones, aunque tal vez la más influyente de todas fuera The Soundtrak of or lives (TSOOL), en la que ejerció como teclista hasta su disolución en 2012. Al igual que en TSOOL, también es miembro fundador de Nymphet Noodler, y es el 50 por ciento del dúo Hederos & Hellberg junto a Matías Hellberg. Colabora también en el colectivo Tobruket, del exbajista de Esbjörn Svenson Trio, Dan Berglun.

—Es la primera vez que visita Ibiza, ¿Ha podido visitar algún lugar que le haya gustado especialmente?

—Sí, es la primera vez que visito Ibiza. He venido con mi hija y, de momento, hemos podido visitar Dalt Vila, que es una maravilla, y también un restaurante, La Paloma, en una zona boscosa [se refiere a Sant Llorenç], que fue extraordinario. Hoy [por ayer] queremos ir a un mercadillo y visitar alguna playa.

—¿Cuándo nace la colaboración con Nina Persson?

—Nina y yo nos conocemos hace 23 años, cuando TSOOL apoyaban a The Cardigans en los inicios y nos íbamos juntos de gira por Europa. Desde entonces hemos estado siempre en contacto; creo que fue en 2014 cuando me llamó para que preparáramos algunas versiones de sus canciones en una clave más baja, para tocarlas en un teatro. Ella sabe que me encantan los dúos, ¡he tenido cuatro o cinco durante mi vida!

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—Entonces, ¿qué nos vamos a encontrar en el concierto que ofrecerán juntos en el parque Reina Sofía?

—Básicamente nuestros temas favoritos. Por supuesto, algunos de The Cardigans y otros de TSOOL, pero también haremos versiones de otras formaciones por las que compartimos nuestra admiración y todos en clave baja: voz y piano. En Suecia tenemos mucha admiración por los órganos de viento y siempre que puedo intento llevar uno a los conciertos. Si solo llevas piano y voz durante hora y media son demasiadas notas; es casi como teclear una máquina de escribir, así que durante el concierto me gusta cambiar al menos en tres o cuatro canciones al órgano de viento porque es más calmado y ofrece un contraste necesario cuando solo cuentas con dos personas en el escenario. Por eso también toco algunos temas con el violín, que es mi instrumento principal, el que toco desde que era niño. Me divierte hacer versiones de otros autores en esta clave. Como compositor, para mi es como ir a la escuela y aprender de los grandes compositores.

—Con los años ha hecho una notable evolución en su música. ¿Es ahora más calmada?

—Supongo que te refieres a la época de TSOOL. En realidad estaba todo ahí; teníamos mucha influencia del jazz y si te fijas, tras el ruido había una melodía y unos acordes melancólicos y menores que siempre estuvieron allí. En realidad el jazz siempre ha estado en mi vida, sobretodo cuando TSOOL desapareció en 2014, pero ya en los últimos años andaba en varios proyectos distintos en este sentido, como la banda de rock instrumental psicodélico Tonbruket. Pero con incluso con Tonbruket también dábamos mucha caña, a veces incluso más que con TSOOL. De hecho, hace poco fue el 50 cumpleaños de mi pareja y estuve tocando unas versiones de Silver Bullet, una banda sueca de rock alucinante y me lo pasé genial. Me dije ‘¡joder, es maravilloso tocar rock & roll!’. Nunca eres demasiado mayor para tocar Rock.

—Se mueve en diferentes disciplinas, ¿alimenta esto su creatividad?

—Absolutamente, además tengo la suerte de trabajar con gente muy curiosa y hambrienta que y nos inspiramos mutuamente.Un ejemplo es el guitarrista de Tonbruket escribe sinfonías, es un compositor clásico, hace arreglos para big bands. En realidad yo también hago estas cosas, estuve estudiando composición durante muchos años y he compuesto también para grandes orquestas, trato de hacerlo siempre que puedo porque ofrece unas posibilidades prácticamente ilimitadas.