Las modernas instalaciones de RG Bugaderies permiten atender más de 25.000 plazas hoteleras al día. | Aina Ginard

RG Bugaderies es el nombre comercial de Ramis Garau SA, la empresa de la lavandería del Grupo Garden, que cuenta ya con una dilatada experiencia en el sector, que se inició hace 29 años. La primera lavandería nació en los sótanos del primer hotel de la compañía, aún dependiente directamente de la empresa hotelera.

Ramis Garau SA fue fundada en el año 1998 cuando se decidió agrupar las diferentes lavanderías que tenía el grupo en los hoteles. Desde entonces, es una unidad de negocio independiente. En ese momento comenzaron a realizarse servicios para terceros. La lavandería se instaló en el carrer Maria i Josep de Muro y no tardó en hacerse con un hueco en el mercado. De hecho, las viejas instalaciones no se cerraron de forma definitiva hasta el pasado año. Entonces, solo se utilizaban en verano, mientras que el grueso de la actividad se realizaba en el polígono de Muro.

La historia de RG Bugaderies no ha sido fácil, especialmente desde septiembre de 2015 cuando un incendio destruyó por completo la nave industrial de la empresa en el polígono de Muro. Entonces, el propietario tuvo que optar por abandonar o iniciar el proceso de reconstrucción. La lavandería de la calle Maria i Josep se convirtió otra vez en el centro neurálgico de RG Bugaderies, mientras que se iniciaba la construcción de una nueva instalación en el polígono de Muro, que cuenta ahora con una de las instalaciones más modernas de la isla. El pasado 2016 se reconstruyó la nueva nave y se inició el proceso de puesta a punto.

“Es una instalación moderna y eficiente desde el punto de vista medioambiental. Es una lavandería totalmente autónoma. Es decir, cada máquina de producción funciona de forma independiente a un circuito central de calefacción. Podemos encender o apagar las máquinas en función de la necesidad que tenemos, una por una”, explica Guillem Alemany, máximo responsable de la lavandería.

La planta cuenta con dos túneles de lavado, además de cinco máquinas industriales, que responden a lo que habitualmente se entiende como una lavadora, aunque evidentemente son de gran capacidad.

Los túneles de lavado permiten una secuencia continua de ropa, que permite tener completa trazabilidad, y optimizan el consumo de agua y detergente. Tienen una capacidad de producción mucho mayor, no se pierde calidad y son eficientes desde el punto de vista energético. Una de las peculiaridades de RG Bugaderies es que está hecha en dos niveles. “En el sotano se recibe, selecciona y lava la ropa sucia. Una vez limpia, sube de forma automatizada a la planta. Entonces, empieza el proceso de secado, planchado y plegado”, asegura Alemany explicando que de esta forma la ropa sucia nunca está en contacto con la limpia.

La ropa se lava de forma separada en función de su tipología. “Una vez lavada se extrae el agua con un sistema de prensas. Una lavadora conveccional centrifuga, un túnel prensa. Una vez limpia y prensada -sin agua- se va a la zona de secado. Una vez acabado este proceso se distribuye la ropa hacia la zona de planchado automático, si bien la introducción de cada pieza se hace de forma manual. Una vez que la ropa está planchada se pliega de forma automatizada. De hecho hay máquinas especializadas en el plegado de piezas de gran tamaño (fundas nórdicas, sábanas, manteles...) y otras para ropa de pequeñas dimensiones (servilletas, caminos de mesa...)”, asegura Alemany, que denota pasión cuando habla de ‘su’ lavandería.

Tradicionalmente, las lavanderías han de convivir con el mito de que destrozan la ropa. Alemany lo desmiente por completo, al tiempo que explica que la calidad de la ropa en el mundo de la hostelería ha experimentado un severo retroceso en los últimos años. En este mismo sentido, el máximo responsable de RG Bugaderies asegura que los bronceadores y las cremas protectoras provocan un tipo de manchas muy complicadas. “Los propios productos informan que pueden crear manchas indelebles. Son difíciles de eliminar, si bien nosotros empleamos un tipo de detergente eficaz”, manifiesta.

DIFERENTES. Alemany está orgulloso de RG Bugaderies. Y no puede ocultarlo. Explica que la totalidad de las máquinas de la empresa funcionan de forma autónoma y con gas propano. “Nos distingue de las otras lavanderías el hecho de que todas las máquinas son 100% autónomas. Cada una de ellas puede funcionar de forma independiente. Durante la baja y media temporada, evidentemente, solo se ponen en funcionamiento los aparatos necesarios”, argumenta, al tiempo que habla con contundencia de las ventajas del gas propano. “Es mucho menos contaminante que cualquier tipo de combustible sólido o líquido. Además, RG Bugaderies ha hecho bandera de la seguridad, puesto que cada máquina tiene su propio sistema de combustión y no se corre así el riesgo de que una avería pueda paralizar toda la planta. Además, hay incorporado un sistema que permite recoger las aguas ya utilizadas, que se emplean para calentar el agua de entrada al túnel de lavado.

La construcción de la nueva planta ha supuesto un avance sustancial en seguridad, puesto que se han dejado de utilizar equipos a vapor. De momento, el 95% de las lavanderías de España y el 100% de las que existen en Mallorca utilizan sistemas que van con calderas centralizadas. “Son un único equipo que alimenta toda una planta, tanto si tienes poco trabajo como si estás en temporada alta. El peligro de una explosión es más elevado y con nuestros sistemas prácticamente desaparece. Además, son ineficientes. Ahora, nosotros utilizamos un sistema de intercambiadores térmicos. Tenemos una caldera que trabaja con un sistema de baja presión en los circuitos, y que es parecido al doméstico, con la que calentamos el agua de los baños de lavado y que, además, evita la formación de óxido en el agua”, explica Alemany.

El negocio es tan estacional como la hostelería. En temporada alta, RG Bugaderies puede llegar a lavar la ropa de unas 25.000 plazas hoteleras. En invierno, mantiene un retén de producción. La empresa cuenta con personal fijo, que pone a punto la maquinaria y atiende a los escasos clientes que demandan sus servicios en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero.

Curiosamente, y pese a pertenecer a Garden, los hoteles del grupo solo suponen el 15% aproximadamente de la producción total.

La empresa dispone de cinco camiones de reparto, cuatro siempre de servicio y uno que cubre posibles averías. En este sentido, está previsto que durante el próximo invierno se inicie un proceso de renovación de la flota. La idea es tener dos unidades de reserva.

Los clientes son muy exigentes con las horas de reparto. Suelen demandar que las recogidas y entregas se hagan antes de las ocho de la mañana o a partir de las tres de la tarde. “Hacemos lo imposible para adecuarnos a sus horarios. De esta manera, pueden trabajar con un stock de ropa más pequeño”, afirma.

Los fallos y las averías no están permitidas y por eso las máquinas son autónomas y gran parte de los equipamientos imprescindibles están duplicados. Además, fiestas, fines de semana, la lavandería trabaja los siete días.

La lavandería abre a primera hora de la mañana. A las 05.30 horas se empieza a lavar y media hora después se ponen en marcha los túneles de planchado. Gracias a los turnos y descansos se trabaja de forma ininterrumida hasta las 22.30 horas.

La entrega y recogida de ropa se realiza de forma unitaria, con un solo desplazamiento. Son muchos los clientes que tienen la ropa personalizada, aunque también abundan los que tienen manteles, sábanas, servilletas, toallas... La empresa ha establecido un severo sistema de control para evitar errores en la entrega y que cada cliente reciba su ropa. “La ropa se recibe y entrega en unos carros, que llevan un código de colores que distingue a cada uno de nuestros clientes. Disponemos de un stock de carros muy amplio porque cada establecimiento dispone de sus propios carros. Además, los carros siempre están enfundados con un plástico y llevan el preceptivo albarán que detalla su contenido”, asegura Alemany, que incide también en la importancia de las ruedas. “Nuestros carros tienen ruedas de goma, que son más caras, pero que hacen menos ruido. La entrega y recogida tiene lugar en muchas oportunidades a primera hora de la mañana y es importante que sean silenciosos. Además, son más estrechos que los habituales para facilitar su maniobrabilidad”, señala.

La empresa cuenta con 105 trabajadores en temporada alta, de los que dos terceras partes son fijos o fijos discontinuos. Además, la empresa se refuerza con trabajadores eventuales. RG Bugaderies intenta fidelizar también a los trabajadores temporales, a los que se esfuerza en dotar de la mejor formación. “Apreciamos a la gente que conoce el oficio”, argumenta Alemany, quien asegura que también disponen de trabajadores con discapacidad, que tienen un seguimiento por parte de monitores del Consell de Mallorca. “También colaboramos con el proyecto Ergon del Consell para la inserción laboral”, añade.

La empresa da servicio a establecimientos de toda la isla y cuenta con clientes en Illetes, la Platja de Palma, Cales de Mallorca, Santanyí, Manacor, Cala Rajada, Alcúdia, Platja de Muro, Santa Ponça...

En los últimos años, RG Bugaderies ha detectado un nicho de mercado en restaurantes, agroturismos y pequeños establecimientos. “Nosotros mismos éramos poco receptivos. Este año hemos empezado una nueva sección, destinada a dar servicio a las casas vacacionales y pequeños establecimientos rurales, restaurantes, etc. Hay un nicho de mercado”, asegura.

La nueva planta de RG Bugaderies dispone también de una depuradora. Y es que la normativa obliga a que toda el agua que se utiliza sea depurada antes de ser vertida a la red de alcantarillado.