El fotobiorreactor absorbe el CO2 con el que se impulsan las microalgas que se usan para abono. | DANIEL ESPINOSA

Eduardo Mayol reconoce que la flora siempre ha sido su pasión. “Me gustan las plantas desde pequeño”, asegura. Este empresario ibicenco quedó encantado con la isla de Lanzarote, donde tiene un negocio turístico. Allí descubrió un jardín de cactus y se quedó maravillado. “Pensé en hacer algo parecido aquí, en Eivissa. Adquirimos una finca con una situación específica”, explica. Fue entonces cuando empezó una odisea burocrática, llena de trámites administrativos que le pedían tanto el ayuntamiento como el Consell. “Hemos tardado 20 años en hacerlo realidad por causas administrativas”, afirma. Finalmente, tras estos 20 años por fin han podido poner en marcha Ibiza Botánico Biotecnológico, un espacio multifuncional dedicado al cuidado del medioambiente y a la divulgación biotecnológica.

En el proyecto está implicada su familia y un gran equipo de profesionales, como el doctor en Biología Joan Pedrola, el biólogo y ambientalista ibicenco Bartomeu Planas y el joven empresario e investigador Pablo Vidarte, director del área de Biotecnología del parque y creador del primer piano vegetal del mundo, que está precisamente en el jardín botánico de Ibiza.

Esta empresa abrió sus puertas el pasado 3 de agosto y da trabajo a un total de 11 personas con el objetivo de ampliar plantilla de cara a los próximos meses y años, pues tienen previsto contratar educadores ambientales y otros perfiles profesionales relacionados con la ecología y el medio ambiente.

CARACTERÍSTICAS. Ubicado en el kilómetro 7,5 de la carretera de Eivissa a Sant Antoni, este parque botánico y biotecnológico se asienta en dos entidades registrales de 12.500 metros cuadrados cada una donde se desarrolla la actividad. Cuenta, además, con otra finca de 17.000 metros en la que tienen pensado instalar una zona de plantas medicinales y aromáticas de Eivissa.

El piano vegetal, único en el mundo y que pro-duce luz y sonido a través de la interacción humana y vegetal. . Foto: Daniel Espinosa.

Se trata de un espacio singular, único: “Es el primer jardín botánico que se hace en Eivissa y, según el convenio que tenemos con la Universidad de Valencia, es el primer botánico y biotecnológico de Eivissa y, posiblemente, único en el mundo porque aúna biotecnología y flora autóctona”.

Este espacio cuenta con entre 130 y 150 especies vegetales y 13.000 plantas, “pero es algo vivo porque tenemos el vivero creciendo”.

En octubre tienen previsto plantar otras 2.500 plantas más. Además, el Govern les acaba de autorizar para ir a las islas ses Margalides, “donde hay especies únicas en el mundo”, para recoger plantas como la Euphorbia margalidiana.

Precisamente, en este espacio espacio botánico se pueden encontrar principalmente plantas de hábitats pitiusos y del resto de Balears, así como proyectos de recuperación de especies ya extinguidas, como el Othantus maritimus o la Matthiola sinuata.

También tienen previsto impulsar un banco de semillas en los próximos meses. Mayol afirma que en el transcurso de los 20 años que han tardado en poner en marcha el proyecto han podido recopilar semillas, a lo que se suma la labor de búsqueda de la Universidad de Valencia. “Y hemos contratado también biólogos que nos buscan semillas de aquí. Es una empresa que continuamente está en movimiento”, señala.

Lo que sí que tiene claro Mayol es que “si las plantas en lugar de raíces hubieran tenido piernas habrían salido disparadas de Eivissa. Valoramos lo que se va perdiendo y no le hemos prestado atención al medio natural”.

En este sentido, los biólogos que trabajan en este parque están “preocupados” por la situación en la que se han encontrado a algunas de las especies, “pero las plantas cuando las tratas bien tienen una reacción muy buena”.

Precisamente, el objetivo de este jardín botánico biotecnológico es educar en la ecología y conservación del medio natural. “Nuestra base es la educación ambiental; pretendemos difundir nuevas ideas ecológicas y éticas a través de la educación ambiental”, explica Mayol.

BIOTECNOLOGÍA. Ibiza Botánico Biotecnológico tiene como pilar fundamental la biotecnología con la que se busca el aprovechamiento de la riqueza del mundo vegetal. En este sentido, tienen unos captadores atmosféricos que recrean el ciclo del agua de la lluvia y ofrecen la posibilidad de probar el “agua pura del cielo de Eivissa”, sin pasar por depósitos ni cañerías.

Sobre estas líneas, el empresario Eduardo Mayol, propietario del Ibiza Botánico Biotecnológico. Foto: Daniel Espinosa.

También destaca y llama la atención el primer piano vegetal del mundo, creado por Pablo Vidarte, que produce luz y sonido a partir de la interacción de la persona y el mundo vegetal. Este espacio cuenta, además, con un fotobiorreactor para absorber el CO2 de los coches que pasan por la carretera y con el que “se impulsa microalgas que hay inoculadas dentro del fotoreactor y esto, junto con el sol, propicia que se multipliquen las microalgas, que nos sirven para cosechar y es un abono fabuloso”, precisa Mayol, quien afirma que quieren seguir ampliando los proyectos biotecnológicos en el parque con la intención de que siempre haya novedades para los visitantes asiduos. Así, el mes que viene tienen previsto instalar una especie de elementos “que captarán, dentro de una jardinera grande, el movimiento eléctrico de las plantas y las humedades y la gente podrá interactuar con ellas y ver realmente qué corrientes existen entre las plantas a través de un monitor”.

También están trabajando en inyectar luciferina a algunas plantas desde la semilla “y que vaya creciendo y a lo largo de los años a lo mejor tenemos alguna planta que sea fluorescente”.

Además, trabajan en un proyecto para comprobar cómo evoluciona una misma planta regada con diferentes tipos de agua, como la atmosférica y la de perforada.

ACEPTACIÓN. Este proyecto tiene una gran aceptación en las Pitiüses. De hecho, debido a la pandemia de coronavirus han trabajado desde su apertu-ra el pasado 3 de agosto con un 90% de visitantes locales, además de turistas que tienen segunda residencia en Eivissa.

“Lo más gratificante es ver que la gente nos felicita por lo que hemos hecho. Me dicen que hacía falta un sitio así en Eivissa y eso me llena de orgullo. Muchas parejas nos dicen que traerán a sus hijos para que conozcan la flora de Eivissa; son personas de la isla, que no habían visto muchas de estas plantas en su vida y eso se lo quieren transmitir a sus hijos”, precisa con emoción.

Desde el pasado 3 de agosto, cuando abrió sus puertas, por Ibiza Botánico Biotecnológico han pasado 4.000 personas. Tienen un horario de 10 a 20 horas todos los días, excepto los domingos que cierran a las 14 horas. Su intención es mantenerlo abierto también en invierno, pero dependerá de la evolución de la pandemia y de si se permiten las visitas de colegios o no. “Queremos que los escolares conozcan la flora autóctona de Eivissa, pero dependerá de cómo evolucione el coronavirus”, indica el empresario.

Quienes estén interesados en conocer este espacio pueden presentarse en las instalaciones directamente, ubicadas en el kilómetro 7,5 de la carretera de Eivissa a Sant Antoni, o bien reservar la entrada a través de su web.