Seguro que sigue habiendo nostálgicos caducos seguro que viendo la situación del desempleo en España, sobre todo juvenil, siguen pensando que “al menos con Franco no había paro”.

La verdad es que esta afirmación puede llevarnos a un debate interesante, porque, si bien en esa época y en países de nuestro entorno, como Alemania, Francia o Gran Bretaña, el desempleo era casi inexistente, en nuestro país -tal vez no de forma oficial-, pero sí que teníamos un paro de maleta de cartón y estación de tren. De hecho, los años 60 fueron años de mucha emigración interior que huía de la miseria de algunas zonas de España.

El desempleo, en cualquier caso, no se tenía en cuenta ni fue un problema para los europeos hasta la gran crisis del petróleo a principios de la década de los 70. En ese momento resultaba inaudito que aumentara el paro y paralelamente aumentaran los precios, algo que se conoce como “estanflación”. Por este motivo, los que intentamos saber uno poco de esto no tenemos tanto miedo a la inflación como a la estanflación a la que parece vamos de cabeza. El Banco Central Europeo ya le está dando una vuelta a si deja que suban los precios o lo contrarresta drenando liquidez al sistema, subiendo tipos y dificultando la recuperación económica.

Pero, volviendo a mi pregunta inicial, ¿el desempleo de antes era mejor? O, dicho de otro modo, ¿los de mi generación lo teníamos mejor o peor que los jóvenes actuales?
Yo cumplí 18 años en 1985 y como datos solo indicar que el desempleo en ese año, con la primera mayoría absoluta de Felipe González, era del 21,5% y hoy está en torno al 16%... Por otro lado la inflación media de 1985 era de casi el 9%... y hoy está en torno al 1,5%.
Es decir, los jóvenes de mi época tampoco lo tuvimos fácil y este es un debate que a menudo, como el de las pensiones, parece que no quiere enfrentarse a los jóvenes actuales a modo de “ventana de Overton”. Esta teoría, planteada por Joseph P. Overton, miembro del instituto de investigación política Centro Mackinac, viene a señalar que, en cada momento, hay una ventana (número limitado de temas) que se consideran “políticas aceptables” de acuerdo al estado de la opinión pública y que un político puede comentar sin ser considerado demasiado radical. Salirse de estos temas o del estado de opinión del momento te hace parecer políticamente incorrecto o extremista.