La formación no solo ha tenido una vertiente teórica, sino que también ha permitido a los alumnos realizar salidas a campo prácticas.

Hace tiempo que el campo de Menorca vive sumido en una crisis permanente que ha visto como se han ido reduciendo progresivamente el número de explotaciones agrícolas y ganaderas de la Isla. Una situación incierta que invita al pesimismo y en el que resulta imprescindible encontrar soluciones que apuesten por dar viabilidad económica, más allá de las ayudas públicas, para evitar el abandono por la falta de rentabilidad.

En este sentido, hace dos años que la fundación Menorca Preservation (MeP) inició un programa de formación continua conocido como Menorca Preservada y especializado en dar a conocer prácticas medioambientalmente sostenibles. Un curso que después de dos años está previsto que finalice este mes de enero y por él han pasado 160 agricultores. El principal objetivo a medio plazo desde MeP es haber podido contribuir a mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas de Menorca, favoreciendo la permanencia e incorporación de jóvenes al campo menorquín. De momento, ya han anunciado que el siguiente paso será financiar una finca piloto que está dispuesta a iniciar una transición de finca lechera tradicional a estar certificada ecológicamente y practicar una agricultura sostenible con prácticas regenerativas.

PROGRAMA. Como entidad sin ánimo de lucro que se dedica desde 2017 a recaudar fondos a nivel local e internacional de personas y empresas que tienen un estrecho vínculo con Menorca para contribuir a impulsar proyectos medioambientales, uno de sus objetivos desde el principio fue apoyar al sector primario. Un camino en el que detectaron que cuando se hablaba en la Isla de agricultura sostenible, existía un gran déficit en formación.

Una constatación que el Plan Estratégico Agrario de Menorca encargado por el Govern Balear en 2021 y elaborado por la consultora Agroassessors, también ponía de manifiesto como una acción prioritaria y necesaria. «Esta inquietud fruto de múltiples conversaciones junto al anuncio en su momento de convertir el Centro de Capacitación Agraria de Menorca de Sa Granja en un hub de formación profesional de grado superior gracias a los fondos Next Generation, nos animó a idear la creación de un programa que ayudase a los agricultores a hacer esta transición de una agricultura más convencional a una de más sostenible y ecológica, de acuerdo a los postulados que marca Europa y que, por otro lado, demanda la sociedad en cuanto a productos saludables», explica Rebecca Morris, directora ejecutiva de MeP. Así fue como encargaron a Agroassessors para que diseñasen un programa lo más completo posible que contemplase todas las áreas posibles de aprendizaje, desde la gestión de la finca, las bases de una producción sostenible tanto vegetal como animal así como el marketing o la venta directa, entre otros.

«Buscábamos que pudiera ser un programa abierto a cualquier agricultor interesado, que fuera muy flexible para que pudiera ser compaginado con cualquier otra actividad y enmarcado en los timings escolares. De ahí que se concibiese a dos años», añade Morris. Otra de las claves fue contar con la implicación de diversas entidades como Sa Cooperativa del Camp, Agroxerxa, la Cooperativa San Crispín o el GOB que aportaban la parte más práctica y experiencial. «Creo que esto era imprescindible para que se hablase de ejemplos del día a día en cuanto a producción o comercialización», detalla.

RESULTADOS. Cuando faltan escasamente dos semanas para que acabe el curso, el balance para MeP es muy positivo, ya que ha superado las expectativas creadas, alcanzando al 96% de agricultores a los que se preveía llegar, y casi triplicando el número de inscripciones previstas, alcanzando los 160 participantes. «No todos los asistentes han seguido los 37 cursos porque las áreas de interés podían ser distintas pero aun así, más del 60% de los participantes se ha inscrito a más de un curso alcanzando entre todos los alumnos una asistencia a más de 1.514 horas que han impartido 27 formadores distintos», detalla Rebecca Morris. «En uno de nuestras auditorias que se han hecho a lo largo del programa detectamos que el 27% de los participantes provenían de fincas tradicionales o convencionales y que el resto de los participantes ya implementaban practicas sostenibles, o trabajaban en fincas ecológicas», añade.

Como resultado de todo el trabajo realizado a través del programa formativo que ha supuesto un desembolso de más de 50.000 euros, desde MeP han detectado una finca lechera tradicional dispuesta a iniciar su transición hacia la agricultura sostenible y obtener la certificación ecológica. «Vamos a acompañar esta finca con la financiación de las dos primeras fase en cuanto a diagnóstico y desarrollo del plan de acción que nos llevará hasta 2025», concluye.