El sentir general del sector turístico es sin duda que «el turismo va bien». Es cierto que la coyuntura económica y sociológica post-pandemia ha generado una demanda turística sólida y resiliente, y como consecuencia de ello la facturación del turismo -y su contribución al Producto Nacional- no paran de crecer, una tendencia que se produce además en todos nuestros grandes mercados. Pero también es cierto que, lejos de acomodarnos a los «vientos favorables», hemos seguido luchando para reposicionar la oferta hotelera y complementaria de las Islas hacia una mayor calidad, atrayendo a un segmento de clientes de mayor valor, apostando por calidad en lugar de cantidad. Y todo lo hemos hecho recuperándonos de la terrible disrupción provocada por la pandemia y sin recibir apenas ayudas, pues el sector no se ha beneficiado, como otros, de un Plan Estratégico de Fondos Europeos o «PERTE».

Por eso creo justo destacar la valentía y compromiso de nuestro sector turístico empresarial, que a pesar de ser el más cruelmente afectado por la pandemia, ha conseguido levantarse y seguir mejorando también el empleo en nuestro país, tanto en cantidad como en calidad, con mejores salarios y condiciones, logrando además una drástica reducción de la temporalidad. Y como muestra de esta visión y compromiso, me gustaría recordar cómo el XII Foro de Liderazgo Turístico de Exceltur, celebrado en la víspera de Fitur con mas de 1.500 representantes empresariales e institucionales del Turismo nacional e internacional, sorprendió a muchos al plantear al sector público y privado un cambio de rumbo, para lograr «el turismo que todos queremos». Con una hoja de ruta que, como expuse en el discurso inaugural, se debe articular en torno a 5 ejes fundamentales: Evitar la saturación y sobrecargas y promover un desarrollo socialmente más aceptable y sostenible, salvaguardar los valores que conforman la identidad diferencial de los destinos, evitando convertirlos en «parques temáticos», propiciar las mejores condiciones laborales y la atracción del mejor talento, promover la concienciación y el compromiso medioambiental, y mejorar en co-gobernanza turística público-privada.

El sector turístico es potente, y próspero, a pesar de las dificultades, pero también es responsable; por ello, somos conscientes de que «el crecimiento por el crecimiento» ya no tiene sentido, y debemos aspirar a un nuevo modelo de turismo más sostenible, inclusivo y regenerativo, con nuevas estrategias que permitan conciliar las necesidades y expectativas de los residentes con el fenómeno turístico, garantizando que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de los destinos. Y también somos conscientes, como expresamos alto y claro en este Foro, de que llevamos años apelando, sin éxito, a un cambio en la gobernanza del turismo, con entidades que incluyan y escuchen al sector privado. Precisamente, esta falta de prioridad institucional y política del turismo (a pesar de aportar casi el 13% del PIB nacional) ha provocado una aplicación residual y poco eficiente al sector de los Fondos Next Generation de la UE, una oportunidad histórica para nuestro turismo para la cual, prácticamente «en tiempo de descuento», seguimos trabajando, involucrando a empresas, instituciones y sociedad civil.

Aspirar al «turismo que todos queremos» será sin duda, una tarea de todos, y un gran marco de colaboración público-pública, privada-privada, y público-privada, es el único camino para lograrlo.