Una reciente decisión del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) exige a los empresarios hoteleros de Balears la obligación de comunicar con dos meses de antelación las fechas de vacaciones a sus trabajadores fijos discontinuos.

Esta medida, que anula la posibilidad de determinar unilateralmente las vacaciones, supone un cambio significativo en la gestión laboral de un sector que tradicionalmente ha requerido de gran flexibilidad debido a la variabilidad de la demanda turística.

Esta movida viene después de que UGT, con el apoyo de CCOO, metiera mano en el asunto y ahora resulta que una parte del convenio colectivo de hostelería ha quedado en un claro fuera de juego.
Imagina que durante más de 20 años, los empresarios han podido decidir sobre el tema de las vacaciones y ahora, tienen que planificarlas con dos meses de antelación. No sé cómo van a hacerlo justo cuando estamos a las puertas del inicio de una temporada turística que se vislumbra excepcional.
El turismo -como sabemos– es una montaña rusa que sube y baja y esta rigidez, en la planificación de las vacaciones, no sé cómo les va a afectar… especialmente a los «pezqueñines» (micropymes).
No sé… imagino que esto acabará en el Tribunal Supremo, pero, aunque se pueda recurrir, ya está en vigor y –como he comentado– tendrá aplicarse desde este verano.
¿Te imaginas el lío?

En resumen, las islas están que arden con esta historia. Los hoteleros, que ya sufren la escasez de personal cualificado, ahora se encuentran con otro problema para cuadrar sus ya menguadas plantillas.

Oye… que yo no digo que el TSJB haya cometido alguna irregularidad, que no pueda ser justo o cualquier otra consideración a favor de los trabajadores. Sólo digo que, al final, todas estas cosas tienen segundas vueltas… (y consecuencias inesperadas). Son cosas de la economía.