El candidato del PP. | Reuters - JUAN MEDINA

El portazo del PNV a Alberto Núñez Feijóo, confirmado por la formación vasca de forma pública y notoria este pasado lunes por la noche, no es una novedad como tal. Si uno revisa la hemeroteca y las manifestaciones realizadas por los candidatos y dirigentes jeltzales durante toda la campaña electoral ya se intuía que los nacionalistas vascos no sumarían su apoyo a este PP. Existen distintos motivos encima de la mesa que alejan los votos del PNV de Feijóo, pero no siempre fue así.

Hubo un tiempo en que el PNV facilitó el cambio en España mediante su apoyo a un gobierno en minoría de los ‘populares’. Fue en un ya lejano 1996, y en la escena del apretón de manos entre José María Aznar y Xabier Arzalluz que fraguó el entente se apreciaba al fondo a un joven Mariano Rajoy. Fueron necesarias horas y horas de trabajo e innumerables reuniones para un acuerdo por el que algunos no daban ni un duro. Mucho han cambiado las cosas desde entonces.

Fallece el expresidente del PNV Xabier Arzalluz

Este lunes el Euzkadi Buru Batzar, la dirección orgánica del PNV, analizó críticamente los resultados emanados de las elecciones generales en el País Vasco y tomó la decisión de no sentarse a la mesa de negociación que Feijóo ha prometido articular. En primer lugar, cabe remitirse a las propias palabras de su presidente, Andoni Ortúzar, o las del candidato al Congreso, Aitor Esteban. En ambos casos señalan que el candidato del PP a la presidencia del Gobierno «ha pasado todas las rayas habidas y por haber».

«A Vox no se le puede normalizar y no se le puede meter dentro de los gobiernos» han llegado a afirmar los políticos vascos. Esa raya ha sido ya manifiestamente traspasada, empezando por el caso particular de Castilla y León. El fenómeno se ha ampliado este pasado 28M, como hemos visto en Baleares, donde Gabriel Le Senne preside la cámara autonómica con el beneplácito de los de Marga Prohens. También se aprecia en la alianza suscrita entre los partidos de derecha en el Consell de Mallorca, así como en algunos ayuntamientos de importantes municipios mallorquines como Marratxí, Calvià o Llucmajor.

Posiblemente los principios del PNV choquen frontalmente con algunas actitudes y comentarios que hemos visto estas semanas, desde la contundente victoria popular en las elecciones autonómicas y locales de mayo. El segundo motivo de peso que resume el ‘no’ rotundo del PNV a Feijóo es precisamente ese. Y es que en el País Vasco todavía no han pasado por las urnas en clave regional. Las elecciones vascas se celebrarán previsiblemente durante el próximo año y prometen curvas y emociones intensas.

El PSOE venció de forma sorpresiva en Euskadi el 23J, situándose por delante de PNV y EH Bildu, inmersos en una dura e igualada pugna por focalizar el espacio nacional. Tampoco es nada nuevo y a decir verdad se parece bastante a la lucha catalana que durante largo tiempo han mantenido –y mantienen aun– Esquerra y Junts.

Los de Arnaldo Otegi siguen adelante con su dinámica de crecimiento, y en el último encuentro electoral las distancias se redujeron al máximo. Muestra de ello es el porcentaje de voto alcanzado. Apenas unas décimas separan en esta ocasión al partido que tradicionalmente ha dirimido el autogobierno vasco de la coalición abertzale resultante del fin de la violencia etarra. No es difícil aventurar dónde quedarían unos y otros si el apretón de manos se lo da Ortúzar a Feijóo, y el que aparece al fondo de la instantánea es Santiago Abascal.