Activistas de Greenpeace y Tektektek cargan un salvavidas gigante en una playa de Cancún. | Efe

La Cumbre de Cancún logró ayer rescatar el proceso multilateral de lucha contra el cambio climático con un acuerdo que coloca de nuevo bajo el paraguas de Naciones Unidas los esfuerzos de los países más contaminadores para reducir las emisiones de gases.

El conjunto de decisiones adoptado tras una sesión maratoniana de 24 horas de negociaciones «toma nota» de las promesas de reducción de emisiones formuladas por los países en la anterior cumbre de Copenhague, que hasta ahora estaban fuera de la UNCCC, y también de la reserva planteada por Bolivia al proceso.

Contaminantes

Entre esos países se encuentran los principales contaminadores, EEUU y China, además de economías emergentes como India y Brasil, que han sido reticentes a incluir sus programas de mitigación en el marco multilateral.

Al mismo tiempo, los Estados parte del Protocolo de Kioto aceptan proseguir las negociaciones para un segundo período de compromiso antes de que el tratado vinculante expire a finales de 2012.

En ese sentido, el llamado «Acuerdo de Cancún» por primera vez crea una convergencia entre las dos vías que han guiado las negociaciones internacionales en materia de cambio climático.

Por otra parte, las organizaciones ecologistas Greenpeace y Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) consideraron que el acuerdo logrado en Cancún por 193 países facilitará un pacto global en 2011 en Durban (Sudáfrica). Greenpeace considra que Cancún cierra «un acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante». No obstante, cree que los Estados Unidos, pese a ser el mayor emisor histórico del mundo, mantiene unos compromisos muy débiles y se niega a aceptar su parte de responsabilidad, mientras que Rusia y Japón siguen negándose a aceptar un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto. En este sentido, la organización ecologista destaca que quedan todavía muchos «temas en el tintero».