La reina Isabel II inició ayer su histórica visita de cuatro días a Irlanda rindiendo honores a los irlandeses caídos durante la guerra por la independencia del Reino Unido, en una jornada marcada por las fuertes medidas de seguridad.

La monarca y su marido, el duque de Edimburgo, fueron recibidos con todos los honores en la base de Baldonell en el arranque de un día que incluyó encuentros con la presidenta de Irlanda, May McAleese, y el primer ministro, Enda Kenny.

El acto central del día llevó a Isabel II a depositar una corona de flores en el Jardín del Recuerdo de Dublín, en un gesto que marca la reconciliación entre los dos países vecinos. No en vano, el último viaje de un rey británico a Irlanda data del año 1911, fecha de la visita de Jorge V.

Simbolismo

Así, el simbolismo estuvo presente durante todo el día, desde el abrigo verde que lució la reina a su llegada a la capital irlandesa, al Dios salve a la reina que precedió al acto en el Jardín del Recuerdo. Además, tras la ofrenda de la corona de flores, un minuto de silencio, la bandera irlandesa a media asta y el himno nacional recordaron a los caídos.

Ya por la tarde, la reina viajó al Trinity College. Durante la cena, que se celebró en el Castillo de Dublín, pronunció un discurso.

Unos 4.000 efectivos de seguridad se desplegaron en Dublín para cubrir este histórico viaje que ha estado precedido por la amenaza de grupos disidentes del IRA y por las críticas de parte de la población.

Pese a que algunos sondeos sitúan el respaldo de los irlandeses a la visita de Isabel II en torno al 80%, se registraron algunos incidentes en Dublín, donde las fuerzas de seguridad llegaron a enfrentarse con los manifestantes. Además, gritos contrarios a la visita fueron audibles durante los actos celebrados en el Jardín del Recuerdo y algunas personas soltaron al aire globos negros en señal de repulsa.

Sin embargo, el incidente más grave tuvo lugar a primera hora, cuando el Ejército detonó una bomba de fabricación casera en el compartimento de equipajes de un autobús en la ciudad de Maynooth, a unos 25 kilómetros de Dublín.