El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh (i), y el rey saudí, Abdullah bin Abdul Aziz Al Saud, durante la firma del Consejo de Cooperación del Golfo. | SAUDI PRESS AGENCY SPA/HANDOUT

El presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, firmó ayer en Riad la iniciativa que supone su retirada del poder y la celebración de elecciones presidenciales, un paso esencial para salir de la crisis que sacude Yemen desde hace diez meses.

Durante la ceremonia, que tuvo lugar en la capital saudí, la coalición opositora yemení Encuentro Compartido rubricó el mecanismo de aplicación de este acuerdo, auspiciado por los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).

Saleh, que rehusó firmar el pacto en repetidas ocasiones, aseguró ayer que su intención «no era monopolizar el poder» y afirmó que siempre quiso llevar a cabo la transición de forma pacífica.

En un discurso tras la firma del acuerdo, que fue retransmitida por la televisión estatal saudí, Saleh culpó a sus detractores de haber retrasado este momento y alargado la crisis, al asegurar que los partidos políticos rehusaron esta vía y se unieron a la oposición.

El mandatario yemení manifestó que lo que sucede actualmente en Yemen es «una violación a la Constitución», aunque anunció que colaborará con la oposición en esta nueva etapa.

La iniciativa del CCG establece que Saleh delegue el poder en el actual vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, en el plazo de 30 días y que dos meses después se celebren elecciones.

Competencias

En una rueda de prensa en Saná, el enviado especial de la ONU para Yemen, Yamal Benomar, explicó que Hadi tendrá «todas las competencias necesarias para aplicar la iniciativa del CCG y organizar elecciones presidenciales anticipadas en el plazo de noventa días desde la firma del documento»

Tras estos tres meses empieza, según Benomar, «una etapa de transición de dos años en la que se formará un gobierno de unidad nacional» y se organizará «un congreso de diálogo nacional integral para trazar el futuro de Yemen».

Benomar pidió a los firmantes que respeten sus compromisos, entre los que figuran el cese de todos los actos de violencia, y manifestó que «la comunidad internacional apoyará el proceso político transitorio y el Consejo de Seguridad de la ONU dará los pasos necesarios contra cualquiera que obstaculice el convenio».