Angelino Alfano, durante su comparecencia ante losmedios de comunicación. | Reuters

El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi certificó este sábado en Roma su regreso a Forza Italia (FI), el partido con el que entró en política en 1994, aunque se ha registrado la ruptura de un grupo de sus seguidores encabezados por Angelino Alfano, considerado hasta ahora como su delfín político.

En un encuentro del consejo nacional del Pueblo de la Libertad (PDL), formación que lideraba Berlusconi desde 2009, cuando FI se fusionó con Alianza Nacional, el exprimer ministro anunció el final de esa experiencia y el renacimiento del partido con el que inició su trayectoria política hace veinte años.

Ante más de 800 miembros de la formación, Berlusconi confirmó la ruptura de Alfano y sus seguidores e hizo una pausa dramática para evidenciar su «dolor» por esa escisión y por haber conocido a través de la prensa -según dijo- su decisión de constituir un grupo parlamentario bajo el nombre de «Nuevo centroderecha».

Alfano, quien no asistió al acto, calificó su decisión de no adherir a Forza Italia de «dolorosa y amarga», en una rueda de prensa en la que detalló que junto a él pasarán al grupo del «Nuevo centroderecha» los otros cuatro ministros que forman parte del gabinete del Gobierno de coalición que preside Enrico Letta, 30 senadores y 27 diputados.

Se cerró así un proceso de ruptura que inició a perfilarse el 2 de octubre, cuando Alfano anunció junto a una veintena de senadores su apoyo al Ejecutivo en una moción de confianza, desmarcándose de la línea fijada por Berlusconi, que había propiciado la apertura de la crisis como forma de presión para evitar el trámite de expulsión del Parlamento que afronta por sus problemas judiciales.

Pese a la fractura, el tono de Berlusconi en su discurso ante sus seguidores fue más conciliador de lo que muchos esperaban y abrió la puerta a una coalición de centroderecha con el nuevo grupo de Alfano, abogando además por que el nombre del Pueblo de la Libertad se mantenga para esa unión de fuerzas conservadoras.

«No tenemos que cavar un surco que después será difícil eliminar. Este grupo, que ahora aparecerá como un apoyo a la izquierda, al Partido Demócrata, después tendrá que formar parte necesariamente de la coalición conservadora», afirmó 'Il Cavaliere'.

Alfano, por su parte, correspondió asegurando que iba a votar en contra de la retirada del escaño de senador de Berlusconi el próximo 27 de noviembre, cuando el pleno de la Cámara Alta deberá decidir si expulsa a 'Il Cavaliere' debido a su condena definitiva a 4 años de cárcel por un delito de fraude fiscal en el caso Mediaset.

De nuevo las diferencias entre ambos se evidenciarse en lo relativo a su apoyo al Ejecutivo, ya que mientras Alfano pidió doce meses más para poder valorar la labor realizada por el Gobierno Letta, del que él es viceprimer ministro y titular de Interior, Berlusconi puso en duda el mantener su favor.

«Es difícil pensar que es posible estar aliado en el Parlamento y sentado en una mesa del Consejo de Ministros con alguien que quiere acabar con tu líder político», dijo 'Il Cavaliere'.

Berlusconi aludía así a la postura adoptada por el progresista PD, al que pertenece Letta, a favor de su expulsión del Parlamento.

Por otro lado, durante su alocución de hoy, Berlusconi hizo un repaso a la delicada situación que atraviesa Italia, a nivel social y económico, sin dejar pasar la oportunidad de reiterar su inocencia y atacar de nuevo a la que considera una magistratura politizada que, según dijo, limita la libertad en el país.

Al final de su discurso, de hora y media, Berlusconi pareció acusar el esfuerzo, lo que motivó que su médico subiera al escenario para prestarle asistencia y ayudarle a bajar las escaleras.

Tras la ruptura escenificada hoy entre Alfano y Berlusconi, la atención se centra ahora en ver si ésta llega hasta el final y en qué efectos tendrá sobre el Ejecutivo, ya que aunque numéricamente con el apoyo del «Nuevo Centroderecha» éste puede seguir adelante, el debate recae en ver si el Gobierno sale reforzado o debilitado de los últimos acontecimientos.