El presidente francés, François Hollande (i), conversa con el papa Francisco durante una reunión privada celebrada en la Ciudad del Vaticano hoy, viernes 24 de enero de 2014. El papa Francisco y Hollande se reunieron en privado durante 35 minutos, según las imágenes en directo emitidas por el Centro Televisivo Vaticano. Como con el resto de Jefes de Estado y de Gobierno que visitan el Vaticano, Francisco recibió en la puerta de la Biblioteca del Palacio apo | ALESSANDRO BIANCHI

El papa Francisco y el presidente francés, François Hollande, repasaron ayer en el Vaticano algunos «temas de actualidad», como «la defensa y promoción de la dignidad de la persona, la familia y la bioética».

Un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano informó de que durante los 35 minutos que duró el encuentro «cordial» entre ambos, también analizaron la situación en Oriente Medio y de los conflictos en algunos países de África.

Aborto

Hollande llegó a su cita con el Papa en un momento en el que se está debatiendo en el Parlamento francés la ley de liberalización del aborto, así como el estudio de normativas para legalizar la eutanasia, que le han valido críticas por parte de algunos sectores católicos del país.

En el comunicado vaticano se explica que ambos reiteraron su compromiso para «mantener un diálogo continuado entre Estado e Iglesia católica y a colaborar constructivamente en las cuestiones de interés común».

Después se hizo repaso de, como definió el Vaticano, «algunos temas actuales» y «en el contexto de la defensa y de la dignidad de la persona humana» se habló de «la familia, la bioética y el respeto de las comunidades religiosas y la tutela de los lugares de culto».

Hollande llegó al Vaticano sin su compañera Valerie Trierweiler, aunque según el Vaticano desde un principio no estaba prevista la presencia de la «primera dama» francesa.

Tras el intercambio de regalos, se observó cómo Hollande entregó al pontífice argentino un libro sobre San Francisco de Asís. El pontífice, bromeando, recordó al presidente francés que «era también su santo».