En la bulliciosa plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice presidió la solemne liturgia del Domingo de Ramos, conmemorando la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. Sin embargo, en un gesto inusual, optó por abstenerse de pronunciar la homilía que tenía preparada para la ocasión.

En su lugar, el Papa Francisco decidió conceder un extenso momento de silencio, invitando a los fieles a meditar sobre los pasajes del Evangelio que relatan la Pasión y Muerte de Cristo.

Desde el inicio de la ceremonia, se notaba en la voz del pontífice un tono fatigado, según reportó la agencia EFE. Fue al concluir la lectura del Evangelio, previa a la homilía, cuando se prolongó un silencio significativo, seguido por el recitado del credo.

Conforme a la liturgia católica, la entrega de la homilía en el Domingo de Ramos es opcional, y cuando se ofrece, se recomienda brevedad. No obstante, esta es la primera ocasión en la que el Papa Francisco decide no pronunciarla, marcando así un precedente en el inicio de la Semana Santa para la Iglesia Católica.

La Oficina de Prensa del Vaticano aún no ha comunicado las razones detrás de esta decisión del pontífice, quien concelebró la misa junto al cardenal Claudio Gugerotti, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. Desde que se recuperó de una gripe hace más de tres semanas, el Papa ha continuado con su agenda, aunque ha evitado lecturas prolongadas debido a problemas respiratorios.

El último miércoles, durante la audiencia general, Francisco delegó la lectura de la catequesis preparada a un colaborador, argumentando: "Todavía no puedo", haciendo referencia a sus dificultades respiratorias.

Para encontrar un precedente similar en la historia reciente de la Iglesia, debemos remontarnos a marzo de 2005, cuando Juan Pablo II, debido a problemas de salud, no pudo celebrar la misa del Domingo de Ramos, aunque se asomó a la ventana de su estudio en el Vaticano ese día.

Tras la conclusión de la misa, el Papa Francisco sí se dirigió a los fieles para condenar el "atroz acto terrorista" ocurrido el viernes en Moscú, que dejó al menos 133 muertos, calificándolo como "un acto inhumano que hiere a Dios" durante el rezo del Ángelus posterior a la ceremonia del Domingo de Ramos.

"Elevo mis plegarias por las víctimas del atroz acto terrorista perpetrado la otra noche en Moscú. Que el Señor las acoja en su paz y brinde consuelo a sus seres queridos", expresó el pontífice ante la multitud congregada en la plaza de San Pedro.

Francisco también expresó su esperanza de que "tocara los corazones de aquellos que promueven, organizan y ejecutan estos actos inhumanos, los cuales ofenden a Dios, quien ha ordenado 'No matarás'".

Este llamamiento del Papa, que fue leído textualmente aunque optó por no pronunciar la homilía durante la misa del Domingo de Ramos, coincide con el día de duelo nacional que vive Rusia en memoria de las víctimas del atentado en el popular Crocus City Hall, en las afueras de Moscú.