El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dirigiéndose ayer a los miembros del Congreso de los Diputados. | Emilio Naranjo

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, garantizó ayer el cumplimiento de los Presupuestos para 2013, que definió como «austeros» pero profundamente «sociales», aunque los grupos de la oposición le pidieron que rehaga completamente un proyecto que consideran «irreal» e «hipócrita».

El debate en el Congreso de cinco de las once enmiendas a la totalidad presentadas a los presupuestos permitió constatar que las cuentas para el año próximo volverán a salir adelante sólo con el apoyo del PP, junto a UPN y Foro Asturias, como ya ocurrió con las anteriores.

Déficit estatal

Montoro se apoyó en el cumplimiento del presupuesto de 2012, avanzando que el déficit estatal hasta septiembre se redujo en términos homogéneos hasta el 3,9 % del PIB, lo que «viene a garantizar el compromiso de consolidación fiscal», dijo.

Ante el argumento reiterado por los portavoces de que todas las previsiones nacionales e internacionales dan por segura una recesión más profunda para el año 2013 que la que espera el Ejecutivo (del 0,5 % del PIB), el ministro se preguntó «para qué está el Gobierno, para hacer estimaciones o para proponer una acción estructural».

Insistió en que «estos Presupuestos austeros son la llave de salida de la crisis y permitirán que 2013 sea el último año de recesión en España», al tiempo que son «los más sociales de la democracia» ya que el 63,6 % del gasto se destina a tales fines.

Todos los portavoces le reclamaron que aclare si las pensiones se actualizarán en función del IPC de noviembre, aunque Montoro se limitó a subrayar que esta es «prácticamente» la única partida que aumenta en el ejercicio 2013.

Para el ministro la austeridad presupuestaria, junto a la mejora de la financiación pública y privada, el superávit de la balanza de pagos y las reformas estructurales marcarán el próximo año el camino de la salida de la crisis, de forma que 2013 sea el último ejercicio de recesión en España.

Un panorama tachado de «falso» y «absurdamente optimista» por los grupos de la oposición, que se negaron a renunciar a sus enmiendas a la totalidad, como les reclamaba Montoro para fomentar una imagen de unidad y confianza.