El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, subrayó ayer que la única salida para ETA es su disolución y que a cambio no hay que darle nada, en una segunda jornada del debate del estado de la nación marcada por las reivindicaciones territoriales de los grupos minoritarios.

La situación política en Navarra ante la posibilidad de una moción de censura a la presidenta Yolanda Barcina por la polémica generada por las supuestas presiones a Hacienda desde su Gobierno estuvo presente también en el debate. Rajoy dijo que «no ha habido corrupción en Navarra» y advirtió de que sí hay «quien quiere llegar al poder por cualquier procedimiento».

Ayer Rajoy recalcó que la disolución es la única vía para la banda terrorista y preguntó: «¿Es tan difícil?, ¿por qué no se lo pide?, ¿tenemos que darle algo a cambio? y ¿por qué tengo que darle algo a cambio? y ¿qué tengo que darle a cambio?».

«No merece la pena»

Ante las afirmaciones de Esteban, el presidente no quiso comentar la reciente intervención de los ‘verificadores’ internacionales porque dijo que «no merece la pena».

Esteban, portavoz del PNV, dijo que la «desidia» de Mariano Rajoy «es la que permite que ETA siga prolongando la teatralización de su final». El diputado de Amaiur Xabier Mikel Errekondo criticó a Rajoy por continuar «anclado en el inmovilismo». El presidente del Gobierno le respondió pidiéndole que haga «examen de conciencia» por su apoyo a ETA y que exija a la banda terrorista su disolución.

El portavoz de ERC, Alfred Bosch, recomendó a Rajoy que «despierte» y «mire la realidad» porque la consulta soberanista en Catalunya se celebrará sin duda el 9 de noviembre, por mucho que el Ejecutivo la tache de «imposible» o ilegal.

Rajoy insistió además en las bonanzas de su política y ha asegurado que España volverá pronto al crecimiento y al empleo, en respuesta a los portavoces de las formaciones integradas en el Grupo Mixto, que criticaron su discurso triunfalista.