El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha descartado este sábado cualquier pacto a nivel municipal con los partidos nacionalistas catalanes, porque considera que no respetan los principios democráticos y no va a pactar con «los que quieren romper el país».

«No puedo jugar al ajedrez con un señor que quiere romper el tablero», ha sostenido en el acto central de campaña del partido en Barcelona, donde le han acompañado la candidata de la ciudad, Carina Mejías, y la diputada Inés Arrimadas, así como casi medio millar de personas de público, muchos con rosas de color naranja en la mano para simbolizar «el tsunami naranja» que pregona Ciudadanos.

Con quienes sí se sentará a la mesa será con PP y PSC, a quienes ha afeado que en el pasado se aliaron en los ayuntamientos «con quienes quieren alzar fronteras», aunque sea a nivel local.

Rivera ha emplazado a socialistas y populares a recuperar el espíritu de la Transición y a «volver a la política con mayúsculas de los pactos y los consensos».

«Después del 24 de mayo, va a cambiar España, no sólo por Ciudadanos, sino porque nadie tendrá mayoría absoluta», ha dicho Rivera, que ha afirmado que esto da «miedo» al PP y PSOE, porque saben que Ciudadanos va «a ser exigente con sus condiciones en aspectos como la transparencia y la lucha anticorrupción».

Albert Rivera ha reivindicado la «coherencia» de su partido, que se perfila en algunas encuestas como tercera fuerza municipal en el conjunto de España y «está sólo a tres puntos de CiU» en la proyección de voto de cara a las autonómicas de septiembre.

«Pero a mí no me gusta quedar segundo», ha bromeado el líder de Ciudadanos, que ha asegurado que, si él gobierna en Cataluña, pondrá fin a «debates absurdos identitarios», como el que concierne al modelo educativo de la inmersión lingüística, que su partido quiere sustituir por una educación trilingüe que combine catalán, castellano e inglés a partes iguales.

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En esta sentido, ha aseverado que la lengua nunca ha sido un problema social en Cataluña, sino que se trata de un «problema político alimentado por los nacionalistas».

Rivera también ha abogado porque los documentos administrativos estén escritos en catalán en una cara de la hoja y en castellano en la otra.

«Si nosotros gobernamos, se va acabar el excluir a nadie», ha remachado Rivera, que ha prometido que defenderá por igual a quienes se sientan sólo catalanes, como a quienes también se sientan españoles.

Rivera ha arremetido contra el actual alcalde de la ciudad, a quien ha acusado de usar el superávit de la ciudad para «financiar la Generalitat de Artur Mas».

También ha criticado a los anteriores gobiernos socialistas municipales por haber participado en las inyecciones a la aerolínea Spanair, que finalmente quebró, «con el dinero de todos los barceloneses».

Así, ha defendido la necesidad de elaborar informes de impacto económico previos que analicen el coste y el retorno de cualquier inversión, así como «dos dedos de frente» a la hora de reducir el gasto, «porque no es lo mismo recortar en sanidad que hacerlo en estructuras políticas».

«Ciudadanos va a ser la solución de lo que pasa en Cataluña», ha concluido Rivera, que ha insistido en la importancia de tener fuerza en las elecciones locales, porque «la mejor manera de hacer una buena política nacional es tener un proyecto municipal».