Imagen de recurso de una discoteca. | Imagen de ericbarns en Pixabay

Inverosímil, pero cierto. La Policía Local de Chipiona no dudó en contarlo en primera personas en las redes sociales porque la anécdota no tiene desperdicio.

Comienzan explicando que un cliente llama a los agentes desde la puerta de una discoteca a la que, afirma, no le dejan entrar. Preguntado por el motivo, «el mismo requiriente afirma indignado que no le dejan entrar por llevar la sustancia tipo polvo blanquecino» que muestra sin pudor a los uniformados. Cualquiera puede imaginarse que la cara de los mismo «era un poema».

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Los agentes le solicitan el DNI y él se los entrega amablemente, y les pide, como si fuera poco, «que le guardemos su material mientras intenta entrar nuevamente». «Hombreeee, por supuesto que lo guardamos nosotros…», faltaría más.

Tras la discoteca negarle el acceso por segunda vez, volvió a acercarse a los policías y les pidió amablemente, eso sí, que «se le devolviese su bolsita con su polvo blanco».

El joven acabó denunciado por tenencia de estupefacientes y la sustancia fue enviada al Instituto de Toxicología.