Así puedes liberarte de los tóxicos que inflaman tu cuerpo | Imagen de VIT DUCKEN en Pixabay

La vida moderna cada vez nos lleva a estar más rodeados de elementos tóxicos que dañan no sólo tu organismo sino también tu mente. Así, ingerimos microplásticos sin darnos cuenta, arsénico en arroz y mercurio en los pescado (sobre todo los grandes) e ingredientes presentes en cosmética que penetran en la piel y actúan como disruptores endocrinos, además de contribuir la inflamación crónica de nuestro organismo.

«Estamos muy pero muy rodeado de tóxicos, y muchas de las enfermedades que hoy padecemos son debidas en gran parte a esta carga tóxica…¿Por qué se habla tanto de los tóxicos a día de hoy? ¿Por qué son tan importantes? Los tóxicos afectan directamente a tu sistema inmunitario, aumentan la inflamación y secuestran tu energía…», explica la doctora Gabriela Pocoví (@nutrigaby en Instagram), que además es nutricionista especialista en microbiota, hormonas y enfermedades autoinmunes, en su última newsletter.

Cabe reseñar que un tóxico, según ella misma explica, es una sustancia «ajena a tu cuerpo que al entrar por cualquier vía (por la piel, por la boca o incluso vía sanguínea) va a desencadenar una respuesta inmunitaria e inflamatoria inevitable. Es lo que sabe hacer tu sistema inmune, atacar y defenderte cuando hace falta».

El problema radica en que, ante el tóxico, tu cuerpo no sabe cómo defenderse, a diferencia de cuando ‘entra’ al organismo una bacteria o un virus con los que ya está ‘acostumbrado’ a plantarles cara para luchar contra ellos. «Tu cuerpo no reconoce los tóxicos, no los entiende y no sabe cómo defenderse ¿Y entonces qué hace? Los intenta eliminar (el cuerpo no es tonto), y digo intenta porque en la mayoría de los casos y sobre todo si es mucha la carga no se ve capaz de hacerlo eficientemente». Al no poder eliminarlos, el cuerpo los acumula «casi siempre en el tejido adiposo», es decir, en la grasa. En paralelo, el sistema inmune acaba adaptándose a los tóxicos y genera «una respuesta inflamatoria mucho más leve pero crónica». Y es entonces cuando se generan problemas de tiroides, endometriosis, autismo, TDAH, autoinmunes y fibromialgia, entre otras patologías.

Lo primero que debes hacer para frenar la carga de tóxicos en tu cuerpo es intentar reducir la exposición, aunque lo más importante, tal y como destaca la doctora Pocoví en su último post de Instagram, es defecar a diario, sudar también a diario, aprender a respirar de manera consciente y con el diafragma, hidratarnos lo suficiente (una técnica muy buena para ayudar a la correcta hidratación es agregar al agua normal que consumimos el tamaño de un vaso de un ‘chupito’ de agua de mar apta para consumo humano). A todo esto se suma, además, rodearse de personas ‘vitamina’, que sumen a tu calidad de vida, te ayuden a sonreír y, por tanto, reducir el estrés ya que así se conseguirá el desbloqueo de las vías depurativas para ayudar a detoxificar.