La hipoglucemia es una afección caracterizada por un nivel muy reducido de azúcar en la sangre, un indicador de un problema de salud al no tener la suficiente cantidad de glucosa que el organismo necesita al ser la principal fuente de energía.

Este problema se suele asociar al tratamiento para la diabetes, aunque existen afecciones que pueden provocar un nivel bajo de azúcar en sangre. En este sentido, «se necesita tratamiento inmediato contra la hipoglucemia cuando el nivel de azúcar en sangre es de 70 miligramos por decilitro (mg/dL) o de 3,9 milimoles por litro (mmol/L), o menor», destacan en Mayo Clinic.

Algunos de los síntomas principales suelen ser la sensación de fatiga, un ritmo cardíaco irregular, temblores, sudoración, hormigueo alrededor de la boca, el aumento de hambre o la palidez en la piel. No obstante, si esta afección empeora, pueden aparecer alteraciones visuales, convulsiones, desorientación e incluso pérdida de conocimiento.

Las personas que tienen diabetes requieren la administración de insulina para su control. «Esta hormona facilita la asimilación al interior de las células de la glucosa presente en la sangre, por lo que tiene un efecto hipoglucemiante», subrayan en la Federación Española de Diabetes (FEDE).

Al padecer diabetes, los niveles de glucosa en sangre tienen que permanecer dentro de los niveles de normalidad para que no se produzcan desajustes. De hecho, «si se administra más insulina de la adecuada, no se han ingerido los suficientes hidratos de carbono, o se realiza una actividad física no prevista, los niveles de glucosa sanguínea bajarán más de lo debido», añaden.

De esta manera, la hipoglucemia es una complicación grave en el tratamiento de la diabetes, aunque «con una buena educación diabetológica, tanto del paciente como de sus familiares o cuidadores, es fácilmente tratable e incluso prevenible», señala en una entrevista con Infosalus, el vocal de la la Sociedad Española de Diabetes (SED) y miembro de la Fundación redGDPS, Luis Avila Lachica.

Una persona con diabetes que sufra hipoglucemias frecuentes «puede que no secrete las hormonas contrarreguladoras hasta alcanzar niveles aún más bajos», lo que da lugar a hipoglucemias inadvertidas o asíntomaticas que son potencialmente graves, explican en la FEDE.

Los síntomas de esta afección aparecen con rapidez y varían dependiendo de la persona, por eso es esencial saber controlarla y manejarla. Así, el vocal de la SED destaca que es muy importante saber cuáles son las conductas que pueden provocar hipoglucemias como la ingesta inadecuada de hidratos de carbono, el exceso de ejercicio o las enfermedades agudas que producen diarrea y vómitos.

Cada persona tiene que saber reconocer los síntomas y tratarlos en el momento que aparecen para evitar complicaciones. «Una hipoglucemia leve o moderada puede ser tratada por la propia persona con diabetes mediante la ingesta de azúcares», mientras que si es grave se caracteriza por unos síntomas que impiden reaccionar y que requieren la asistencia para la inyección de glucagón, explican desde la FEDE.

Según este organismo, una vez detectada una hipoglucemia leve o moderada se tienen que seguir estas medidas:

Si se trata de una hipoglucemia severa, se necesita una inyección de glucagón. Cabe recordar que «es importante no dar alimentos ni bebidas a una persona que esté inconsciente». Además, los expertos aconsejan que las personas con diabetes tengan un kit de inyecciones.

Por otro lado, tras realizar deporte pueden producirse hipoglucemias hasta 24 horas después, «por lo que es necesario valorar la posible necesidad de aumentar la ingesta de carbohidratos y ajustar la cantidad de insulina inyectada para evitar estas hipoglucemias retrasadas».