En declaraciones publicadas por la revista Men’s Health, el australiano ha confesado: «Que me dijeran que esto podría ser lo que podría matarme fue como, vaya, me dejó un poco desconcertado». Pero no ha optado por quedarse sentado lamentándose, sino que ha decidido hacer todo lo posible por evitar desarrollar esa enfermedad. «Fue una buena patada en el culo y un recordatorio de que debo hacer todo lo que esté a mi alcance para tener la mejor oportunidad de pelear». "Cualquier trabajo que esté haciendo por la salud de mi cerebro beneficia al resto de mi cuerpo; lo convertimos en algo positivo» explicó el australiano.
Ahora se asegura de dormir lo suficiente, se da baños de inmersión en hielo de forma regular y ha empezado a meditar en silencio. Con respecto a sus rutinas de ejercicio ha incorporado «más ejercicios cardiovasculares y de resistencia» y menos levantamientos de pesas.
Además, Chris recomienda para luchar contra la enfermedad del olvido fomentar el cepillado y uso de hilo dental para reducir la inflamación sistémica, usar la sauna semanalmente y no descuidar la salud auditiva ya que el cerebro se debilita.
Asegura que el diagnóstico le ha hecho «pensar en mis hijos y en cómo están creciendo y cómo las cosas están cambiando tan dramáticamente, y quiero sentarme, quiero absorberlo".
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