Las capacidades digitales o los problemas de accesibilidad física hacen que no todo el mundo pueda sacar dinero de un cajero automático. Para proteger a todas estas personas se ha aprobado una medida que exime de comisiones a los mayores de 65 años y a los que tengan una discapacidad del 33%.

El sector financiero ha ido evolucionando a una velocidad vertiginosa impulsado por los avances tecnológicos. En plena era digital donde ya se puede pedir un crédito rápido sin moverse de casa, todavía quedan sectores a los que debe atenderse para que no sean víctimas de la exclusión financiera.

Las personas mayores se benefician de esta medida, ya que son el grupo poblacional que paga más en metálico, tal y como informan desde el portal del Cliente Bancario del Banco de España. De hecho, un 74% de quienes superan los 65 años han usado más el efectivo que cualquier otro sistema de pago.

Además, para evitar su exclusión del sistema, se están llevando a cabo iniciativas que les dan prioridad en caso de que haya mucha gente en las oficinas, se les está creando un canal de atención prioritario y se están ampliando los horarios para atenderlos en persona. Para los servicios de caja, es obligatorio que haya una persona que los atienda de 9 a 14 horas.

Cómo mejorar su inclusión financiera

Los intentos por mejorar la inclusión financiera de los más mayores comenzaron en 2021 con la firma de un protocolo que reforzaba ese compromiso entre Gobierno y el sector financiero. El objetivo no era otro que facilitar sus interacciones con los bancos en operaciones del día a día.

Un año después, este protocolo fue actualizado con la inclusión de nuevas medidas destinadas a asegurar esa atención a los adultos más mayores. Estas nuevas actuaciones se centraron en: la atención directa en oficina con horario ampliado y formación, mejor accesibilidad a cajeros, aplicaciones y web y una atención telefónica personalizada.

También se contempló la formación específica en educación digital y financiera. Esta consistía en impartir talleres y cursos que les daban las herramientas necesarias. Poco después, se creo un observatorio para supervisar cada seis meses el cumplimiento de todas estas medidas.

Estas acciones suponen todo un compromiso para asegurar el acceso a los servicios bancarios de las personas mayores. A la vez, se pretende adaptar sus necesidades para conseguir una sociedad más igualitaria en lo que a servicios financieros se refiere.

La digitalización excluye a los mayores

La digitalización financiera ha conseguido que los más mayores se queden rezagados en muchos aspectos. Muchos no tienen acceso a las herramientas financieras o no saben usarlas, lo que los sitúa en segundo plano a la hora de hacer operaciones tan sencillas como pagar una factura o hacer una transferencia.

Abordar este problema es todo un desafío cuyo abordaje es imprescindible para que la sociedad moderna prospere con igual de oportunidades para todos. Entre los factores que más afecta a esta problemática está la brecha digital, lo que hace que todos aquellos que no tienen acceso a internet o desconocen cómo hacerlo queden excluidos del sistema.

Esta exclusión no solo afecta a la economía de los mayores, sino que también asa factura a su estado emocional y social. Esto es así porque se sienten aislados en un mundo donde la mayoría de las interacciones son virtuales y hablar con el de al lado es salgo cada vez menos común.