Cada vez son más las personas que toman Ozempic para adelgazar y sus efectos secundarios empiezan a ponerse de manifiesto. Hasta tal punto, que se ha popularizado la expresión 'se te está poniendo cara de Ozempic'. El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, insiste en dejar claro que este fármaco está indicado para pacientes con diabetes y no para un uso estético, cómo se está haciendo últimamente.

March expone que «la gente con kilos de más, quieren perderlos de manera rápida y efectiva, y eso tiene consecuencias para el cuerpo, como la flacidez de la piel». Sin embargo, advierte que «la popularidad de medicamentos como el Ozempic, impulsada en parte por las redes sociales, ha ocasionado que se consuma sin tener una supervisión médica adecuada; esto comporta efectos secundarios, poco frecuentes, pero serios». En este punto, resalta que «estamos viendo cada vez más pacientes que ingresan por el uso de esos medicamentos. En general, son personas de 40 y 50 años que están perdiendo cantidades significativas de peso y están preocupadas por el envejecimiento facial y la flacidez que se produce como resultado».

'Cara de Ozempic'
El citado especialista explica que el término 'cara de Ozempic' (#ozempicface) «hace referencia a la transformación que sufre el rostro a raíz de la bajada de peso drástica, es decir, a la pérdida de volumen que se produce en la cara y al aumento de la flacidez de la misma. Estas consecuencias aparecen debido a la pérdida de grasa y a la debilitación de la piel; son similares a las que suceden cuando envejecemos».

March detalla que «los volúmenes se desplazan con el paso del tiempo y las estructuras cambian. Si evaluamos las causas de la flacidez a nivel de las diferentes capas que conforman la cara, vemos cambios en diferentes niveles anatómicos. Cambia a nivel de hueso, ya que tenemos una reabsorción ósea (principalmente a nivel del reborde orbitario y a nivel de la mandíbula), acrecentada en las mujeres por la menopausia y lo procesos que producen osteopenia. También a nivel de grasa, porque se produce una atrofia de los paquetes grasos que conforman el almohadillado de la cara».

En este punto, añade que «los ligamentos de sostén facial se aflojan por la pérdida de colágeno acelerada y se visualizan en muchos casos sus inserciones en la piel, dando aspecto de poca continuidad en la zona de la mejilla. Y, precisamente, en la piel, si es fina se vuelve más laxa; si es gruesa es pesada y acentúa todo ese desplazamiento de estructuras».