Como personal sanitario no facultativo quiero manifestar mi decepción frente a la difusión dada a las protestas presentadas por los trabajadores relacionados con el Àrea de Salut de categorías distintas a la de doctor y explicar que, por cada médico hay al menos una enfermera detrás dando apoyo, por no decir que en muchas ocasiones hay todo un equipo de enfermería preparado para facilitar, complementar o aplicar el trabajo realizado por los doctores y que dentro de un hospital todos son importantes, desde cocina, informática o admisión hasta limpieza, almacén y celadores.

La enfermería es especialmente despreciada e ignorada en nuestra cultura al ser una profesión tradicionalmente femenina, al contrario que la de médico que es una profesión tradicionalmente masculina, pues en una sociedad patriarcal y machista se da por sentado en muchas situaciones que las obligaciones de una mujer son cuidar y complacer.

Enfermería aporta cuidados de la salud de tipo profesional, pero no incluye la de complacer al paciente. Mi trabajo como profesional es apoyar, ayudar y complementar al paciente en las necesidades que no pueda satisfacer por sí mismo en los casos en que presenta algún tipo de dependencia a causa de la enfermedad, tratamiento u otros factores. La labor de educar en la salud también es nuestra, no sólo del personal facultativo, especialmente en un sentido de la práctica del día a día. Pero en ningún caso tenemos por obligación satisfacer caprichos.

Enfermería presta apoyo psicológico, detecta y atiende necesidades más sutiles pero no por ello menos importantes. Son las que están ahí las 24h en hospitalización, las que atienden urgencias y llaman al doctor de guardia cuando es preciso, las que gestionan parte de las tramitaciones necesarias para que te hagan una radiografía o le pongan un colchón anti-escaras a tu abuela. Promueve la autonomía del paciente dentro de sus capacidades y alienta a la familia a implicarse en los cuidados cuando se estabiliza la patología. Somos las que te extraen muestras para analizar de forma segura, las que apoyan al doctor en consultas, quirófanos y otras prácticas, las que se aseguran de que estés limpio, las te ayudan a levantarte y a comer si no puedes y estás solo. Las que te aplican la medicación, sondajes y tratamientos indicados por el médico. Las que curan tus heridas.

Somos las que siempre estamos ahí cuando llamas al timbre. Pero no somos tus esclavas ni sirvientas. Enfermería está saturada desde hace años y nos vemos obligadas a reducir la calidad de nuestros cuidados para poder atenderlos a todos, porque legalmente estamos obligadas a ello: atenderlos a todos siempre, sin importar su condición, edad, raza o sexo. Aunque te exijan y desprecien tu trabajo o personalidad. Aunque los cuidados que precisen sean complejos. Aunque nos quememos de ver tanto sufrimiento cuando los medios existentes no son suficientes.

Enfermería también tiene derecho a organizar su trabajo, así que, por favor, no nos exijas: apóyanos. Porque si podemos trabajar bien, podemos atenderos bien.