El actor Dani Rovira tuvo la ocurrencia el sábado de hacer bromas sobre Eivissa y vincular la isla a las drogas y las discotecas. Para algunos, un asunto menor. Para otros, una broma innecesaria que perjudica la imagen de la isla. De hecho, la revolución que provocó el monólogo del actor en las redes sociales le obligó a pedir disculpas y decir que él conoce la otra isla, la que no tiene nada que ver con discotecas ni drogas. Sin duda, un comentario desafortunado que debería evitarse de la gala de los Goya, de tanta audiencia televisiva.

Lo de siempre. Los actores suelen aprovechar la gala de los Goyas para hacer reivindicaciones, casi siempre contra el Gobierno, y para mostrarse brillantes, ingeniosos y maravillosos, aunque más de uno ha hecho un rídiculo histórico por no saber la diferencia entre el ingenio y la chorrada. Recordamos a la actriz Candela Peña que utilizó a su padre enfermo para reinvidicar una mejor sanidad pública. Peña dijo que su padre pasaba frío y sed en un hospital público por culpa de los recortes. La dirección del hospital tuvo que salir al paso días después para explicar la auténtica realidad. Ni pasó frío ni sed. Nada de lo que contaba Peña era cierto, pero la actriz arrancó muchos aplausos fáciles del público a costa de contar una versión deformada sobre la hospitalización de su padre.

Se espera algo más. Sin duda, todos los aficionados al cine esperan una gala de los Goya con chistes, ataques y críticas al ministro Wert, pero lo de Dani Rovira fue totalmente innecesario. Algunos deben pensar que es un asunto menor, pero no beneficia en nada la imagen de la isla. Hacer creer que Eivissa es solo drogas y discotecas es faltar a la verdad, dar una imagen deformada. Mucho del trabajo que hace el Consell en las ferias turísticas, intentando vender una Eivissa con muchas alternativas, explicando a los turistas todo el abanico de posibilidades que tienen, se va al traste por culpa de los chistes innecesarios que, además, tienen tanta audiencia televisiva. Para otras ediciones, que sean más prudentes.