Las semanas preelectorales suelen caracterizarse desde tiempos inmemoriales por la publicación de informes sorpresa que dejan en muy buen lugar a los que están en el poder. Ahora un dossier encargado por el Govern Bauzá asegura que las tarifas de los billetes aéreos han bajado un 12,6% entre 2008 y 2013. Como es natural, las organizaciones de consumidores e importantes represantes empresariales se han echado las manos a la cabeza, ya que como es sabido los precios aéreos varían muchísimo según la temporada y el momento en que se hacen las reservas en una hábil estrategia de márketing, pero al final la compañía siempre gana, como es su obligación al ser una empresa privada.

Datos positivos. Es lógico que el Consolat esté ahora escudriñando sus cuatro años de acción política buscando todos los logros de los que pueda echar mano para luego pedir el voto a los ciudadanos. No lo tiene fácil porque han sido tiempos de vacas flacas y de padecimiento en muchos hogares y en incontables empresas. Debería ser más hábil a la hora de mostrar aciertos y no exhibir informes que provocan malestar por su falta de rigurosidad. Las tarifas aéreas baleares, incluídas las interinsulares, no han sido ningún regalo si se analizan objetivamente sin caer en la trampa de los meses flojos. Seguro que el Govern puede encontrar otros páramos en los que pueda colgarse la florecita en la solapa para ensalzar sus éxitos sin meterse en el complejo y polémico campo de las tarifas aéreas.

La recuperación económica. Bauzá sólo tiene un argumento sólido a partir del cual puede pedir a los ciudadanos que le revaliden su confianza: la recuperación económica en su conjunto, el descenso del paro y el regreso, lento pero palpable, de la inversión privada. Ahí sí puede alcanzar un cierto grado de credibilidad. Pero yerra vendiendo informes que indiquen que en estos años de crisis se ha abaratado la vida de los que tienen que utilizar el avión. Por este camino no logrará adeptos.