Los datos facilitados de 2014 por la Dirección General de Tráfico sobre las principales infracciones de los conductores de las Islas son preocupantes, en especial por esos casi cuatro mil atestados referidos a conductores bajo los efectos del alcohol o las drogas.

Muchos accidentes, en ocasiones con consecuencias fatales, están relacionados con esta causa en combinación con otras, en especial el exceso de velocidad. Las tasas que se registran en Balears están por encima de la media estatal, dato que pone de manifiesto la necesidad de incrementar los controles para evitar ese continuo goteo de víctimas en la carretera, el cual vuelve a repuntar en los últimos ejercicios.

Educación vial y control.

La solución de este dramático problema no hay que buscarlo sólo en la vía punitiva. El efecto disuasorio de las sanciones es relativo -aunque siempre es posible explorar nuevas medidas ejemplarizantes- cuando se supera el impacto inicial, entre otras razones porque inciden razones de índole social que se escapan a la presión social. El consumo de alcohol entre los jóvenes está siendo, desde hace años, una diversión en si mismo. El fenómeno del ‘botellón’ lejos de ser una moda pasajera sigue siendo una actividad lúdica en la que cada fin de semana participan miles de chicos y chicas cada fin de semana, muchos de los cuales regresan luego en sus vehículos a sus casas. Ningún despliegue policial puede controlar de un manera eficaz este fenómeno, sólo desde la responsabilidad individual es posible atajar el problema y en este terreno el sistema educativo es clave. La educación vial debe incorporarse al currículo escolar como una asignatura más, como hacen otros países de nuestro entorno.

Valores sociales.

De todos modos, la tarea principal reside en la asunción de valores individuales y colectivos. Salir a la carretera bajo los efectos del alcohol y las drogas en un acto temerario a nivel personal, pero también insolidario frente al resto de la sociedad. Queda todavía mucho por hacer en este terreno hasta lograr que haya más víctimas de tráfico por la más pura y simple sinrazón.