El juicio del ‘caso Nóos’ ha entrado en la recta final con el turno de las conclusiones del ministerio público y las acusaciones, aunque todavía queda por escuchar a las defensas y posteriormente que todas las partes hagan sus informes finales, antes de que el tribunal se disponga a deliberar y a redactar la sentencia. Se cumplen estos días siete meses desde el comienzo de una de las vistas más mediáticas de la historia judicial de España, que ha sentado en el banquillo de los acusados a una infanta y su marido. Sin embargo, la trascendencia del asunto reside en la existencia de una trama presuntamente corrupta destinada al saqueo de las arcas públicas, cuya gravedad queda reflejada en las peticiones de penas solicitadas por el fiscal para los dos máximos responsables del Instituto Nóos: Iñaki Urdangarin y Diego Torres.

Relato ya conocido. Tanto el fiscal anticorrupción como las acusaciones –el controvertido sindicato Manos Limpias y las abogacías del Estado y del Govern– apenas han modificado sus posiciones iniciales, con excepción de la rebaja en la solicitud de cárcel para el expresident Matas tras reparar el quebranto económico que provocó. Queda, sin embargo, todavía una fase trascendental para el desenlace final del juicio en la fase de la Audiencia Provincial: el informe de las defensas. Las intervenciones de los numerosos testigos y peritos han arrojado nuevos elementos que deberán sopesar en su veredicto las magistradas del tribunal.

Impacto político y social. El ‘caso Nóos’ es el paradigma de que el sistema judicial español iguala a los ciudadanos ante la ley, aunque no sin dificultades, como ya se evidenció durante la instrucción, de la que se libró parte de la derivada valenciana. El proceso ha causado efectos políticos, el más importante la abdicación del rey don Juan Carlos en favor de su hijo don Felipe, pero también en el ámbito del conjunto de la sociedad, que todavía sigue asombrada ante la profundidad y alcance de la corrupción en nuestro país.