El Parlament aprobó ayer por asentimiento una declaración institucional en la que se solicita al Gobierno central que mantenga en Balears el actual horario de verano, una petición que ya ha sido rechazada desde el Ministerio de Industria. La propuesta, promovida por la plataforma ciudadana ‘Illes amb claror’, argumenta los beneficios que supondría para los ciudadanos el mantener un mayor número de horas de sol durante las tardes; horas que quedarán recortadas a partir del domingo próximo con la implantación del horario de invierno. La iniciativa ha generado un considerable debate social, aunque con escasísimas posibilidades de éxito ya que el cambio de hora se realiza en toda la UE.

Beneficios económicos. A tenor de la declaración aprobada de manera unánime por el Parlament, prolongar el horario estival durante todo el año reportaría importantes beneficios económicos, desde la reducción en el consumo eléctrico hasta un posible aumento en las ventas del pequeño y mediano comercio por las tardes, además de favorecer la desestacionalización turística. Partidarios y detractores pueden polemizar, pero cabe señalar que la intención de los promotores dejaría a Balears con un desfase horario respecto a la Península y el resto de países europeos sólo entre octubre y marzo ya que no se sugiere la modificación del huso completo, como es el caso de Portugal.

Una convención. España adoptó en 1942, por decisión del régimen franquista al aceptar la sugerencia de la Alemania nazi, el horario central europeo y abandonó el tradicional que estaba equiparado a Gran Bretaña y Portugal. En este contexto, cualquier sugerencia debe pasar por un cambio global de la hora en España –que no evitaría las dos modificaciones horarias anuales–, más acorde con su posición geográfica. El resto no deja de ser un planteamiento estrambótico, extrañamente aprobado por el Parlament por unanimidad, que no figura entre las preocupaciones prioritarias de los ciudadanos de las Islas.