El Govern balear no ha perdido el tiempo a la hora de aprovechar el incremento del descuento aéreo del 50 al 75 % para poner en marcha un plan destinado a incentivar el tráfico interinsular en los meses invernales, ayudando así a paliar los efectos de la estacionalidad. Hay que aprovechar esta oportunidad. A su vez, los problemas que padecen los habitantes de un archipiélago son impensables en las regiones peninsulares, donde sus territorios se estructuran a base de tráfico rodado o ferrocarril.

Apoyo al turismo. Un mayor movimiento del mercado interno contribuye a potenciar el sector turístico en los meses de temporada baja. Ayuda al mantenimiento o creación de puestos de trabajo y a establecer una dinámica entre la población de viajar más a las islas hermanas cuando, durante mucho tiempo y por espacio de generaciones, a menudo fueron las grandes desconocidas entre muchos ciudadanos, que adoraban su isla natal pero vivían de espaldas a las restantes. La superación de las trabas que comporta pertenecer a un archipiélago produce enseguida efectos beneficiosos e ilusionantes.

La importancia de reivindicar. Balears no debe olvidar que el descuento del 75 % es la consecuencia de que el Gobierno de Rajoy necesitaba dos votos de diputados canarios para aprobar los Presupuestos. El resultado fue, entre otros beneficios, que Madrid aceptase el incremento del descuento para los canarios. Acto seguido, La Moncloa se vio obligada a tomar la misma medida para los baleares. No haberlo hecho hubiera constituido un agravio insoportable. Es preciso tener muy presente esta lección: reivindicar con contundencia cuando se tiene razón puede producir réditos importantes. Y Balears tiene en marcha una propuesta de nuevo régimen especial que bien merece un apoyo generalizado para que se haga realidad. La reactivación que conllevan los nuevos descuentos aéreos debe ser tenida muy en cuenta.