Tras el bochornoso y lamentable episodio de la aparición de moscas en algunos quirófanos del Hospital de Can Misses, que obligó a suspender la actividad quirúrgica hasta que se averiguase la razón de tan extraña intrusión y se realizasen las obras de reforma pertinentes para garantizar el aislamiento del área quirúrgica, la dirección del centro hospitalario se puso las pilas para intentar recuperar el ritmo de actividad.

De este modo, entre enero y septiembre se han realizado 4.910 intervenciones quirúrgicas, cuando en el mismo periodo del año anterior se habían realizado 4.718 operaciones. Este incremento del 4,07% se debe, sin duda, a un esfuerzo organizativo y a una optimización de los recursos disponibles, pero también, y esto debe destacarse, al esfuerzo del personal del hospital.

Esfuerzo del personal

Del mismo modo que se destacan las deficiencias y los fallos del hospital público de Ibiza, ha de ponerse en valor la profesionalidad y la dedicación de todos los trabajadores del centro y más extensivamente de la sanidad pública.

A menudo son objeto de críticas, a veces injustas, pero su buen hacer y su esfuerzo hacen que en general, la población valore muy positivamente la atención que recibe tanto en los centros de salud como en el hospital de Ibiza.

Reivindicaciones satisfechas

La recuperación de la plantilla de anestesistas, cuando estuvieron muchos meses con vacantes que no había forma de cubrir, se presume como un factor clave en este incremento de la actividad quirúrgica. Y es de esperar que se mantenga así, pues eso permitirá reducir las listas de espera para ser sometido a una operación, que siguen siendo más altas de lo deseable.

La gratuidad del aparcamiento de Can Misses a partir de enero y la instalación del ansiado ascensor que enlace el parquin con el edificio principal son otras dos reivindicaciones de los usuarios que en poco tiempo se verán satisfechas. Todo ello es de agradecer.