La presencia en Palma en el Dia de les Illes Balears del presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, una visita con claras connotaciones electoralistas, ha coincidido con el anuncio de la colaboración con Ciudadanos del expresident José Ramón Bauzá pocas semanas después de su salida de la formación conservadora por «divergencias» con su actual línea política. Casado no ha ocultado su enfado por la captación de militantes, algunos de ellos con clara relevancia, del PP por parte de otros partidos, en concreto de C’s y Vox. Estos fichajes previos a las inminentes citas electorales son la constatación de la creciente fragmentación de la derecha en nuestro país.

Fichajes políticos.

El PP está sufriendo una importante sangría entre su militancia, un trasvase de afiliados hacia sus más directos competidores en las urnas –C’s y Vox– en una desesperada búsqueda de espacio entre el electorado del centro derecha. Ciudadanos también trata de sumar entre la socialdemocracia, como la presencia de Joan Mesquida en Balears o la incorporación del exministro socialista Celestino Corbacho en la candidatura de Manuel Valls a la Alcaldía de Barcelona. Esta estrategia trata de captar nombres con gancho en el terreno ideológico limítrofe con los directos adversarios, una práctica que ya se evidenció en la izquierda con la irrupción de Podemos.

Impacto electoral.

La división del centro derecha, que antes monopolizaba el PP, está incomodando a su cúpula actual, consciente de que los sondeos no reflejan el necesario repunte que garantice con solvencia el liderazgo de la alternativa al PSOE o la izquierda en general. Hay, pues, una lucha de todos contra todos que plantea serias dudas sobre qué impacto cierto tendrá en las urnas en las próximas elecciones, tanto generales como autonómicas y locales. La inquietud sobre estas consecuencias ya no se oculta.