El mismo día que Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, fichó al expresidente del Govern y del PP balear, José Ramón Bauzá, como asesor en materias relacionadas con el «constitucionalismo» y al mismo tiempo le abrió las puertas del partido naranja para incorporarse a alguna lista en la doble convocatoria electoral, el presidente de esta formación en las Islas, Xavier Pericay, afirmó que «el futuro de Bauzá en Ciudadanos no tiene que ver con Balears». La extraña e inesperada maniobra de Rivera, de la que no estaban informados en Balears, perjudica y distorsiona las opciones de Ciudadanos en el archipiélago, concretamente de Xavier Pericay quien, rotundo, declaró que «Bauzá es el pasado y no cuento con él para Balears».

Descalificaciones al PP.
Tras veinte años de militancia en el Partido Popular y tras haber desempeñado con estas siglas la alcaldía de Marratxí y la presidencia de la Comunidad Autónoma, Bauzá se marchó dando un sonoro portazo y con duras descalificaciones. El expresidente acusó al PP de «haber sido en Balears el que ha sembrado y regado un nacionalismo que la izquierda no ha necesitado más que explotar». Bauzá descubre ahora que el PP balear es una formación nacionalista; igual que el exdiputado menorquín del PP, Antoni Camps, que anuncia su marcha a Vox porque opina que el PP es un partido «abortista».

Incomodidad en C’s.
Corresponde a Albert Rivera valorar los pros y los contras de la incorporación de Bauzá y sopesar la situación de incomodidad que ha creado en su formación en Balears, a quien tenía que haber consultado antes de adoptar una decisión tan arriesgada como poco comprensible. Porque nadie es capaz de averiguar qué puede aportar un político que creó crispación social donde no la había, que acreditó no tener palabra, que dinamitó por dentro al PP de Balears y, como resultado de todo ello, regaló hace cuatro años todas las instituciones de las Islas a la izquierda.