Francina Armengol promete esta tarde como presidenta de la Comunidad Autónoma. Este solemne acto institucional en el Consulat de Mar, tras haber superado la candidata socialista la votación de investidura el pasado jueves en el Parlament, se celebra en un ambiente enrarecido y ensombrecido por la profunda crisis que, tras estallar en Més per Mallorca, está fracturando la formación ecosoberanista. Esta misma tarde tendrá lugar en Lloseta una decisiva asamblea, marcada por el profundo malestar de los afiliados, para hallar una salida tras el inesperado y contundente veto impuesto a Miquel Ensenyat, Fina Santiago y Vicenç Vidal para desempeñar los cargos de senador autonómico y consellers del nuevo Ejecutivo autonómico. Armengol, que carece de ‘plan B’, se ve obligada a retrasar el nombramiento de las personas que formarán su Govern y debe aguardar las decisiones de la asamblea de Més.


Crisis.
La firma de los Acords de Bellver, el 21 de junio, después de haber negociado PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Podemos el organigrama del próximo Govern, no hacía presagiar la tormenta que está haciendo zozobrar la nave de la coalición formada por el PSM e Iniciativa-Verds, con durísimas acusaciones, vetos y reproches entre la dirección, los oficialistas y los críticos. Un debate que, por su intensidad y aspereza, está provocando perplejidad en la opinión pública, además de abrir dudas sobre la solidez y solvencia del acuerdo suscrito en Bellver

Estabilidad y lealtad.
Corresponde al Govern de la Comunidad Autónoma gestionar este año un presupuesto que asciende a 5.457 millones de euros y cumplir los objetivos anunciados en el pacto que vincula al PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Podemos. Es preciso exigir estabilidad y rigor, y al mismo tiempo lealtad entre quienes serán socios estos cuatro años para conseguir una gestión eficaz a favor de los intereses y los ciudadanos de Balears.