El Consell d’Eivissa está determinado en poner coto a las vallas publicitarias que atestan las zonas de servidumbre de las carreteras de su titularidad. Así lo ha confirmado el vicepresidente 1º de la institución y responsable del área de Lucha contra el Intrusismo, Mariano Juan, quien además de asegurar que no se concederá ningún permiso para instalar vallas nuevas, se expedientará aquellas que no cuenten con autorización, de forma que quienes allí las colocaran las retiren y abonen la correspondiente sanción, que dicho sea de paso, no es menor pero con el rendimiento económico obtenido, habría merecido la pena.

Otros lo intentaron antes.
La firmeza que ahora manifiesta el gobierno insular que preside Vicent Marí no es algo novedoso. No es la primera vez que se declara la guerra a este tipo de instrumentos publicitarios surgidos de la ilegalidad, ya que fueron instaladas en suelo rústico. Sin embargo, poco se ha avanzado en los últimos años. O más bien poco han percibido los ciudadanos porque las carreteras siguen atestadas de vallas enormes donde no debería haberlas. Es cierto que se incoaron hace algunos años un importante número de expedientes sancionadores, pero la burocracia administrativa y también un sistema extremadamente garantista, ha hecho que no se haya acabado con el problema como sería deseable.

Intrusismo y descontrol.
El de la publicidad estática es un asunto más de los muchos en los que ha reinado un completo descontrol y en el que cada cual ha actuado como le ha venido en gana y le ha convenido. No el único, por supuesto, pero es positivo que el Consell d’Eivissa dé pasos firmes en revertir el desorden imperante y que tan visible y escandaloso resulta para los ciudadanos. También en materia de alquiler turístico, de taxis pirata y de ocupación del espacio público, especialmente en el litoral.