Este periódico publica hoy una información sobre los patinetes eléctricos, que se han convertido para muchos ciudadanos en una buena opción de transporte, nada contaminante, y que permite a sus usuarios dejar de preocuparse por buscar aparcamiento. Los patinetes son fáciles de utilizar, tienen una gran autonomía, y además permiten ir a una velocidad de unos 25 kilómetros por hora, lo que lo convierte en un transporte más que atractivo para las ciudades. Pero evidentemente las autoridades deben regular su circulación por las vías públicas para que esta moda pueda convivir con el resto de sistemas de transporte.

Aceras o asfalto.
¿Por donde pueden circular los patinetes eléctricos? ¿Por las aceras o por el asfalto? ¿Junto a coches y motocicletas? La normativa al respecto es confusa, por no decir inexistente, pero hay que buscar una solución. Si van por las aceras, ¿pueden sus usuarios circular a 25 kilómetros por hora con el riesgo que ello supone para los peatones? Parece lo más lógico que los patinetes eléctricos convivan con los peatones, evidentemente, pero con criterio. En Barcelona, por ejemplo, los patinetes tienen sus propias rutas, y si circulan por las aceras no pueden superar los 10 kilómetros por hora. Los propietarios de patinetes deben tener su propio seguro obligatorio y circular con casco, además de estar obligados a estacionar en determinadas zonas. En Madrid tienen su propia normativa, a la espera de que la Dirección General de Tráfico (DGT) marque una pautas generales que sean conocidas por todos.

Bicis y patinetes.
Convendría que los ayuntamientos se tomen en serio esta cuestión, aunque hay motivos para ser pesimistas. Por ejemplo, la normativa que impide a las bicicletas utilizar las aceras en Vila apenas se cumple y los peatones ven invadido su espacio urbano, sobre todo por aquellos ciclistas que van a cualquier velocidad, lo que supone un auténtico peligro para la convivencia. Por ello las autoridades deben regular y con celeridad el uso de esta nueva moda que inunda las calles, también en las Pitiusas. No es una cuestión menor.