Ibiza celebró ayer un Vuit d’Agost marcado por la pandemia del coronavirus. Ayer se celebró la conquista de Guillem de Montgrí en 1235 entre mascarillas, aforos limitados y distancia social.

Un Vuit d’Agost que no contó con la tradicional ‘berenada’ en Puig des Molins, ni con el castillo de fuegos artificiales ni con conciertos.Y es que toda precaución es poca para evitar la expansión del virus en las Pitiusas.

Reivindicación.
El de ayer fue el segundo discurso que pronunció Vicent Marí como presidente del Consell d’Eivissa en el homenaje a Guillem de Montgrí.

Un discurso en el que reivindicó el carácter local y arraigado de la celebración reivindicando nuestra identidad como pueblo «y nuestra esencia como ibicencos» y trasladó su agradecimiento y el de toda la ciudadanía al personal sanitario, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, a los payeses y voluntarios, entre otros perfiles profesionales, por haber estado dándolo todo durante los peores meses del virus en Ibiza.

Un discurso en el que también recalcó los difíciles meses que tiene Ibiza por delante. «La falta de actividad turística dibuja un complicado panorama económico y social al que sólo podremos hacer frente con unidad, empuje y valentía», expresó el presidente.

Y, para ello, es vital que las administraciones locales puedan gestionar sus propios remanentes. Esta misma semana pasada, Vicent Marí pidió la dimisión de Abel Caballero, presidente de la FEMP, por sacar adelante la propuesta de los remanentes haciendo uso del voto de calidad y sin ningún tipo de consenso.

Marí se reafirmó ayer en esta postura y afirmó que es «difícil de entender» que haya que «luchar» para poder invertir nuestros propios ahorros.

El futuro.
La recuperación ecónomica de Ibiza pasa porque los ayuntamientos y consells puedan usar de manera libre, y sin chantajes de devoluciones a 15 años, sus remanentes. Las administraciones locales son quienes mejor conocen las necesidades de sus vecinos.

Los alcaldes y Consells de Ibiza y Formentera deben mostrarse reivindicativos y unidos para luchar por gestionar sus remanentes.

Por desgracia, inicialmente parecía que existía esa unión, pero el cambio de postura de los alcaldes de Vila y Sant Josep ha puesto de manifiesto que prevalecen, una vez más, los intereses del partido a los generales.

La unión de los políticos ibicencos es clave para evitar lo que viene sucediendo desde hace años. Y es que Ibiza aporta mucho más de lo que acaba recibiendo.