Lo peor está aún por llegar porque en los meses venideros las cifras empeorarán aún más, si no se actúa con rapidez y contundencia, dos características que lamentablemente no son habituales en la administración. Al concluir septiembre, Balears tenía 77.112 personas registradas en el paro, de ellas 9.822 en Ibiza y 367 en Formentera, un 141% más que en 2019. Los datos son catastróficos y serían aún peores si incluyeran a todos los trabajadores que están afectados por un ERTE total o parcial. Balears, uno de los grandes motores económicos del país, históricamente estrujado y permanentemente mal financiado, presenta el peor balance de ocupación de toda España mes a mes.

Medio año por delante, al menos.
Las reacciones de los agentes sociales son sintomáticas. Patronal y sindicatos se rasgan las vestiduras en parecidos términos. Para la CAEB, la escalada del paro es «desastrosa en general y aún peor en Ibiza y Formentera» debido a nuestra «excesiva dependencia del turismo y del sector servicios». Es un panorama desolador cuando acaba de empezar el otoño y falta medio año para el teórico e incierto inicio de la próxima temporada turística.

Unidad en Balears.
¿Qué se puede hacer, además de lamentarse? Para empezar, sería deseable que el Gobierno de España dejara de centrarse en sus batallas por Madrid, como si Madrid fuera efectivamente toda España, que es lo que pregona a los cuatro vientos su presidenta Díaz Ayuso. Y después que Balears recibiera una parte sustancial de los 72.000 millones para ayudas directas de los fondos europeos con el objetivo de que pudieran destinarse a reducir el «drama», «la herida», la «parálisis» y el «monocultivo» de una región que ha hecho grandes esfuerzos por España y que ahora está en una situación muy complicada. La presidenta Armengol, también secretaria general del PSIB, tiene la responsabilidad de hacer pedagogía ante el Gobierno de la nación y mantener una actitud reivindicativa, a la que deberían sumarse todos los partidos y, detrás de ellos, todos los representantes de los mismos tanto en Baleares como en la capital.