El complejo turístico Casa Lola tiene hasta el 3 de septiembre para acometer el derribo de las obras ilegales que, con el paso de los años, se han ido acometiendo en este complejo turístico. Así se lo ha hecho saber el Ayuntamiento de Sant Josep a la propiedad después de que el Tribunal Supremo desestimara el recurso de casación que interpuso la propiedad contra la sentencia que ratificaba la demolición del complejo y la obligación de restaurar la legalidad urbanística vulnerada. Las obras realizadas sin licencia y vulnerando la protección del suelo vigente (y, por tanto, son ilegalizables) abarcan una piscina y una terraza anexas al edificio principal, así como el porche, otra edifición anexa de unos 50 metros cuadrados, los cimientos de una edificación de unos 30 metros cuadrados de superficie, un depósito de agua, terrazas cubiertas con una superficie de 342 metros cuadrados, otras dos piscinas….un sinfín de irregularidades urbanísticas que deben restablecerse y volver a su estado original.

Un paso adelante.

El alcalde de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, se mostró este viernes satisfecho con esta resolución judicial, que calificó de «histórica». Sin embargo, tiene poca confianza en que la propiedad vaya a ejecutar los trabajos de demolición, por lo que ya han elaborado un proyecto de derribo cuyo coste asciende a 40.000 euros. En paralelo, continuará la tramitación del expediente sancionador contra la propiedad, por lo que la propiedad se enfrena a una sanción económica de 1,4 millones ya que las obras ilegales acometidas están tipificadas como infracción grave.

El futuro.

Queda por ver cómo reaccionará la propiedad ante esta resolución judicial y si ejecutará por voluntad propia el derribo de las obras ilegales. La propietaria de Casa Lola, Francisca Sánchez, concedió la primera entrevista de su vida a este periódico en julio del año pasado. En esta entrevista, Sánchez justificaba las ilegalidades realizadas en su propiedad por la lentitud de las administraciones públicas. «Las cosas legales son las que me gustan, pero la administración a veces no te deja», explicaba. Y añadía: «Tú a veces no puedes ser legal, un papel no puede tardar cinco años cuando hay tanta miseria». Sobre Casa Lola, apuntaba: «Si la tengo que tirar, la tiraré». Queda por ver si cumple su palabra.