El apoyo del senador por designación del Parlament, Vicenç Vidal, de Més per Mallorca, a los presupuestos del Estado para 2022 garantiza la apertura de la negociación para el traspaso de las competencias de la Demarcación de Costas a Baleares. El papel de este organismo, en la actualidad integrado en el Ministerio de Medio Ambiente, es esencial en la política territorial de Baleares y supone acabar con una evidente anomalía política que debería haber quedado resuelta hace años; tal y como figura en la Estatut reformado en 2017. El anuncio de Vidal es, sin duda, un importante salto cualitativo en el autogobierno de las Islas.

Enorme trascendencia.
El que Baleares asuma las competencias de Costas abre un enorme campo de actuación para el Govern, aunque para ello es preciso que en la negociación previa se garantice la financiación del incremento de medios necesarios para poder realizar con eficacia las delicadas labores que tiene la Demarcación. La potestad de control y sanción se amplían a las construcciones que ocupan la zona marítimo-terrestre, explotación de playas, vertidos al mar, piscinas, concesiones, ... Todo un abanico de opciones que en una comunidad como la nuestra alcanzan una importancia muy superior en comparación con el resto; el litoral es un enorme negocio que es preciso acotar y en el que debe prevalecer en todo momento el interés público y la preservación del medio ambiente.

La clave, los medios.
Al igual que ocurre con las competencias en Justicia, el traspaso de Costas había quedado paralizado por la falta de financiación complementaria para dotar el servicio de los medios técnicos y de personal necesarios para prestarlo con eficacia. El compromiso de Vicenç Vidal incluye el cumplimiento de esta premisa, sería un error aceptar unas competencias en las que el Govern no pudiese dar respuesta a las exigencias que la sociedad demanda en un terreno tan delicado como es el de Costas.