Representantes del Club Náutico de Ibiza participaron el sábado en Mallorca en una manifestación en la que participaron un millar de personas con el objetivo de salvar el Real Club Náutico de Palma. Esta entidad social tiene ahora el mismo problema que el Club Náutico de Ibiza: se acaba la concesión y no se garantiza una continuidad.

Vidas paralelas.
La Autoritat Portuària se ha negado a tramitar el expediente de ampliación de la concesión del Real Club Náutico de Palma, una entidad que nació en 1948 y que ha conseguido una gran dimensión internacional al organizar durante años la Copa del Rey de Vela. Durante la protesta de Palma los deportistas defendieron el legado histórico de los clubes de Balears. A diferencia de lo ocurrido en Ibiza, los dirigentes políticos no han tomado partido por la continuidad del actual club, algo que ha molestado a los asociados. Tras el problema generado con la gestión del Club Náutico de Ibiza ningún responsable del Govern parece dispuesto a cometer errores del pasado.

Cuestión de voluntad política.
La situación de desamparo que vive el Club Náutico de Ibiza, y ahora también el Club Náuticode Palma, podría acabar si hubiese voluntad política para cambiar la ley y proteger a estas entidades sociales sin cometer ninguna ilegalidad. Debe haber muchas fórmulas legales para permitir que estas entidades sigan funcionando como hasta ahora, pero lamentablemente no ha existido voluntad política o quizás nadie haya sabido encontrar la salida adecuada. Por lo tanto, sí a la continuidad de estas entidades sociales pero por los cauces legales. Saltarse la ley no está justificado en ningún caso y las conversaciones que ha ido publicando este periódico en exclusiva demuestran que en el pasado las cosas se hicieron muy mal. Tras lo sabido hasta ahora, Armengol no puede seguir en silencio por mucho que Negueruela diga que no afecta al Govern.