La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha calificado la visita a Ibiza del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, como de «postureo». Dicha asociación atribuye las «prisas» del responsable de Interior, «tras años de inacción y algún parche», a las informaciones de agentes que se ven obligados a vivir en coches, furgonetas o caravanas debido a la imposibilidad de acceder a una vivienda. Destacaron, además, que Grande-Marlaska vino a Ibiza y Mallorca «a reírse de los guardias civiles».

Sin soluciones

En su visita a Ibiza el ministro Grande Marlaska no aportó ni una solución al problema que padecen todos aquellos agentes que se desplazan a la isla para trabajar. Hace poco conocíamos el caso de un guardia civil que explicaba que duerme en una furgoneta ante la imposibilidad de poder alquilar incluso una habitación en la isla. Para ducharse, el agente acude a un gimnasio. Esta situación seguramente la viven muchos más agentes que prefieren ocultar su precaridad por la falta de vivienda en Ibiza. Es muy probable que el ministro se viese forzado a visitar la isla al conocer que estas historias han trascendido a los medios nacionales, pero su paseo por la isla no tuvo ningún efecto positivo.

Y sin presión política

El problema no es que el ministro del Interior no explique una sola medida para dar alojamiento a estos agentes (alquilar habitaciones de hotel a precios razonables, por ejemplo) es que tampoco existe presión política en Ibiza que ayude a que se adopten soluciones de urgencia. En los últimos días ni un solo dirigente socialista, que son los que tienen capacidad de presión, se han interesado por el tema. Ni uno solo. La situación pues es más que preocupante. Es probable que esta falta de vivienda provoque a medio o largo plazo que los agentes no quieran ser destinados a Ibiza y que los que ya están en la isla quieran marcharse. Cuando los datos de inseguridad aumenten, quedará claro los que no hicieron nada por solucionar las cosas.