La sanidad balear y, en concreto, la de Ibiza y Formentera ha ido perdiendo calidad en los últimos dos mandatos de la socialista Francina Armengol. El último vergonzoso caso que sale a la luz es el estado en el que se encuentra la base del servicio 061. Los sanitarios han dicho ‘basta’ después de estar reclamando desde hace varios años mejoras en cosas tan esenciales como disponer de un aseo propio o una lavadora para poder lavar allí los uniformes tras los servicios.

Propaganda socialista ‘versus’ realidad.
En su última intervención ante los medios de comunicación como presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol hizo un repaso de todas las áreas. En el caso de Salud, destacó que habían gestionado el presupuesto «más elevado de la historia en salud» con 2.241 millones de euros, un 69% más que en 2015. según expresó, esto les ha permitido «invertir en recursos humanos, tecnología e infraestructuras». La realidad, sin embargo, no dice lo mismo y, en el caso de las Pitiusas, han sido continuas las quejas por la falta de personal y el estado de algunas infraestructuras sanitarias. También destacó la reducción de las listas de espera, pero la situación es altamente preocupante y el último dato del portal de listas de espera de Salud a 8 de junio es que hay 15.000 personas en lista de espera para consultas externas y casi 3.000 esperan una operación. A esto se suma que servicios como Traumatología de Can Misses son los que más demora tienen de Baleares. Mención aparte merece la falta y fuga constante de oncólogos que cansan a los pacientes. Éstos son solo algunos ejemplos de que la propaganda socialista del Govern cae por su propio peso en cuanto los datos arrojan luz.

El reto de Prohens.
Marga Prohens tiene por delante el difícil reto de revertir el estado de precariedad de la sanidad en las Pitiusas que ha dejado Francina Armengol en los últimos ocho años. Un reto que pasa sobre todo por escuchar a los profesionales sanitarios que aportan ideas y soluciones y son quienes día a día cuidan a los demás. En este sentido, los profesionales sanitarios tienen esperanza en que se produzca un cambio profundo.