El lunes comenzará la investidura de Marga Prohens para que se convierta en presidenta del Govern. La previsión es que el martes, al acabar la sesión de investidura, no sume los votos para ser elegida presidenta y habrá que esperar hasta el jueves para que se convierta en jefa del gabinete autonómico. Para ello necesita la abstención de Vox, que ha renunciado a formar parte del Govern a cambio de incluir algunas de sus propuestas en el programa de gobierno de la futura presidenta balear.

Políticas moderadas

La última legislatura ha confirmado que los ciudadanos de Balears, en su mayoría, han rechazado las políticas radicales de partidos como Podemos o Més, que en algunas ocasiones han arrastrado al PSOE en una forma de actuar que ha generado rechazo social y, al final, han decidido que vuelvan a la oposición. Este es el claro mensaje que ha recibido Prohens de los ciudadanos. Las políticas del nuevo Govern deben ser moderadas desde todos los puntos de vista. Hay que alejarse de extremismos y huir de debates que no aportan nada a los ciudadanos. Cuestiones como la bandera LGTB deben ser tratadas con el máximo respeto y Prohens no puede aceptar los postulados de Vox. Tampoco en relación al feminismo, un movimiento demonizado por el partido que lidera Santiago Abascal.

Mantener el equilibrio

Las últimas declaraciones de la portavoz de Vox en el Parlament no invitan precisamente al optimismo y puede darse la circunstancia de que la auténtica oposición Prohens la protagonicen sus socios de investidura, si bien la formación de Abascal simplemente se abstendrá. Y eso no será bueno para Balears. Porque hay un sector importante de la sociedad que se movilizará en temas tan sensibles como el catalán en los centros educativos. Por eso la legislatura tiene que estar marcada por la buena gestión y evitar que el protagonismo se lo lleve Vox con sus posturas extremistas.