Todavía no ha acabado el mes de julio y ya sumamos nueve muertos en las carreteras y calles mallorquinas, lo que supone un trágico récord en comparación con otros años. De hecho, es la peor estadística de los últimos diez años y, sin duda, debería hacernos reflexionar sobre una tragedia que golpea sin piedad a familias. Como dato a tener en cuenta, hay que destacar que las autoridades contabilizan las víctimas que fallecen en las primeras 24 horas del accidente, pero hay muchas otras que mueren días o semanas después. La pregunta, pues, es obligada: ¿Qué está pasando en nuestras carreteras?

Motoristas y peatones, las víctimas.
Este fatídico mes de julio que está finalizando ha puesto de manifiesto que la mayoría de los fallecidos en Mallorca son motoristas y peatones. Los expertos no se ponen de acuerdo con dar una explicación clara sobre qué está pasando. Unos apuntan a que la población se dispara en julio en Mallorca, con la llegada masiva de turistas, pero otros sostienen que esa misma entrada masiva de veraneantes se produjo el año pasado, y no se registraron unas cifras tan negras como las de ahora. Sea como fuere, es necesario concienciar a los conductores sobre los peligros de los despistes o el consumo de alcohol mientras conducimos.

Los móviles, los grandes enemigos.
Tanto desde la Dirección General de Tráfico (DGT) como desde la Guardia Civil se insiste en que, de un tiempo a esta parte, muchos conductores miran el teléfono móvil mientras están al volante. Otros, incluso, contestan a WhatsApps o envían audios. Se trata de una imprudencia gravísima que, unida al exceso de velocidad y a no respetar las señales de tráfico, provocan numerosas desgracias en nuestras carreteras. Muchas de ellas se podrían evitar con una conducción responsable. La realidad, empero, es que aún no ha acabado julio y casi hemos igualado todas las víctimas de la carretera del año pasado. Un auténtico drama.