Las Islas han vivido este verano varios episodios de DANA, que tradicionalmente se han conocido como episodios de gota fría. La diferencia, con todo, es que con el cambio climático y sus consecuencias este tipo de fenómenos meteorológicos adversos son cada vez más frecuentes en el Mediterráneo y azotarán con mayor frecuencia todas las Baleares. Así pues, se plantean retos serios en cuanto a la logística de las instituciones (y sus equipos de emergencias) y su capacidad de reacción ante estas tormentas tan virulentas. De igual manera, una completa información meteorológica conocida con antelación por los servicios de urgencias puede ser clave para una correcta respuesta.

El irreversible cambio climático

«La Humanidad ha abierto las puertas del infierno», anunciaba días atrás con tono catastrófico el secretario general de Naciones, António Guterres, mientras la ONU advertía del «futuro horrendo climático» pese a los objetivos, casi desesperados, de la Agenda 2030 y el Acuerdo del clima de París. Ya no es el momento de discutir sobre la llegada del cambio climático, porque ese día ya ha llegado, y en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera las consecuencias se empezarán a notar con tormentas más frecuentes e intensas, capaces de descargar grandes cantidades de agua en poco tiempo, como ya ha pasado en más de una ocasión.

Evitar catástrofres

La limpieza de los torrentes es otro de los factores a tener en cuenta en Baleares, así como un correcto mantenimiento de la red de pluviales y fecales y de las infraestructuras hídricas, para garantizar la seguridad de determinadas poblaciones y las autoridades deben realizar todos los esfuerzos necesarios para evitar tragedias como la de Sant Llorenç, en Mallorca, cuando una torrentada se cobró la vida de 13 personas en uno de los peores desastres naturales que se recuerdan en las Islas. La coordinación entre los distintos equipos de emergencias (policías locales, bomberos, Guardia Civil y el 112) debe actualizarse porque nos encontramos ante un panorama poco esperanzador: las tempestades serán cada vez más frecuentes.