El intrusismo en todas sus variantes es el principal problema que lleva arrastrando desde hace años Ibiza y Formentera. Se trata de un problema endémico que se ha ido extendiendo cada vez más y de los taxis pirata y la venta ambulante en playas se ha pasado al chárter náutico ilegal, a servicios de comida a recoger en domicilio sin pasar ningún control sanitario y al alquiler de pisos particulares a turistas. Este último punto es el que más se ha agravado y el que más está afectando a la sociedad en su conjunto.

La petición

La patronal hotelera de Ibiza y Formentera ha remitido al Govern un escrito con las modificaciones que consideran que deben incluirse en la nueva ley turística que prepara el Ejecutivo autonómico. En este sentido, mantuvieron una reunión con el conseller balear de Turismo, Jaume Bauzá, en la que dejaron claro que se debe «situar la oferta residencial en el mercado de residencia e impedir que se oferte turísticamente». El gerente de la patronal Fehif fue tajante al afirmar que «los pisos turísticos han de desaparecer». En este punto es preciso recordar que el alquiler de pisos particulares a turistas está completamente prohibido en las Pitiusas y únicamente se permite el alquiler de viviendas unifamiliares a turistas previo pago y alta en los Consells.

La acción

El Consell d’Eivissa dirigido por Vicent Marí está realizando una labor incansable desde la pasada legislatura para intentar atajar este problema que afecta cada vez más a la sociedad en su conjunto, incluido el sector turístico pues se trata de competencia desleal. En este sentido, la máxima institución insular ha multiplicado por tres respecto a legislaturas pasadas la recaudación en multas por este tipo de irregularidades. En el encuentro que el presidente Vicent Marí mantuvo con el conseller Bauzá el pasado mes de agosto sobre la nueva ley turística, Marí insistió en la necesidad de poder precintar los pisos particulares que se alquilen a turistas. Se trata de una buena idea que el Ejecutivo autonómico debe tener muy en consideración, pues este problema es ya tan grande que con los medios actuales el Consell d’Eivissa no puede atajarlo.