Las discotecas Teatre y Fonda Milagros, gestionadas por la misma empresa como un único local, incendiadas este domingo en Murcia, en las que murieron, al menos, trece personas, no tenían licencia municipal y sobre ellas había una orden de cese de actividad desde enero de 2022. Pero han venido funcionando sin autorización, porque no se llegó a ejecutar este decreto del Ayuntamiento de Murcia, que se personará como acusación particular con el objetivo de depurar todas las responsabilidades, según afirman los portavoces municipales. Y la Federación Nacional de Empresario de Ocio y Espectáculos ha mostrado su disposición para esclarecer la situación jurídica y administrativa, así como determinar las irregularidades y deficiencias en el incendio más mortífero registrado en un local de ocio de España desde la tragedia en la discoteca Flyng de Zaragoza, en 1990, donde murieron 43 personas.

Fiesta que acaba en desastre.
Las discotecas siniestradas se convirtieron en una trampa mortal para unos ciudadanos que solo querían divertirse y fallecieron carbonizados. La Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios exige que se aclare si estos establecimientos cumplían con las medidas de seguridad y aforo. Y si contaban con suficientes salidas de emergencia o con demasiados elementos decorativos e inflamables.

Actuar con contundencia y eficacia.
La Asociación Balear de Ocio y Entretenimiento (Abone), que preside Miguel Pérez Marsá, advierte que, aún cuando las empresas del Archipiélago cumplen «bastante bien» con la normativa, no son pocas las ocasiones en que se pone en riesgo la seguridad de los usuarios por «irresponsables» promotores de fiestas y conciertos. Pérez Marsá afirma que están cansados de denunciar actividades ilegales en locales que carecen de licencia, así como fiestas en fincas privadas y zonas industriales. Es preciso actuar con tanta contundencia como eficacia para evitar en Balears hechos luctuosos como el registrado en Murcia y sancionar a los infractores.