Alberto Núñez Feijóo ha sorprendido, en la recta final de la campaña para las elecciones gallegas, con las informaciones relativas a que el PP estudió la amnistía durante 24 horas antes de descartarla y que estaría abierto a un indulto condicionado al expresidente Carles Puigdemont si es juzgado, se arrepiente y renuncia a la vía unilateral. Feijóo gestiona este aparente cambio de guión y transmite un mensaje en lenguaje y ‘modo gallego’: la solución para Catalunya tiene que ser en clave política y no solo con medidas judiciales y policiales. Así sale del aislamiento al que le había llevado el PSOE con Vox como único interlocutor posible. Los planteamientos del presidente del PP pivotan sobre estas declaraciones: «No acepto la amnistía ni la aceptaré. No acepto los indultos ni los aceptaré. Sánchez lleva cinco meses a martillo intentando colar una amnistía ilegal. Nosotros llevamos cinco meses pidiendo a la gente que nos acompañe en la calle para luchar contra una amnistía ilegal» dijo el lunes. Y, ayer, tirando de ironía, añadió: «No descartéis que mañana digan que le ofrecí el Ministerio del Interior a Esquerra Republicana y el Ministerio de Defensa a Otegi».

El PP marca diferencias con Sánchez

¿Es un cambio de guión real o estrategia? El PP reorienta su posición ante unas elecciones donde, según las encuestas, no tiene garantizada la mayoría absoluta. Feijóo marca diferencias con Sánchez al exigir contrapartida a Junts.

Soluciones políticas para Catalunya   

El PP rechazó las exigencias de Junts al considerarlas inconstitucionales, valorando aplicar la amnistía siempre que Puigdemont se retractase y aceptase las normas del Estado de derecho. Todo esto ocurrió hace unos meses, cuando no prosperó la investidura de Feijóo. Entonces, ¿porqué precisamente ahora el PP da a conocerlo, cuando no supone un giro en sus planteamientos, pero abren la puerta a las soluciones políticas del encaje de Catalunya?